BUENOS AIRES, (DyN). El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, aseguró ayer que el escándalo ocurrido en la final de la Copa Sudamericana entre San Pablo y Tigre es “una advertencia para los organizadores de Brasil-2014”, a dieciocho meses para el próximo Mundial.“Estos incidentes deben ser una advertencia para los organizadores del Mundial y para todos los organizadores, de lo que pueda pasar. Pero la seguridad no es un asunto de las organizaciones deportivas, sino de la policía, del Ejército”, comentó Blatter en Japón, donde se encuentra debido a la realización del Mundial de Clubes.El miércoles, en el estadio Morumbí, los jugadores de Tigre se negaron a salir a jugar el segundo tiempo ante el San Pablo al alegar “falta de garantías” luego de recibir todo tipo de agresiones, y el árbitro chileno Enrique Ossés le dio por ganado el partido por 2-0 al equipo brasileño, que se consagró campeón.“Es una pena que no se pueda jugar la segunda parte de un partido por cualquier razón, pero puede pasar en el fútbol. Tenemos millones de personas relacionadas con el fútbol. Este juego está afectado por la violencia que hay en la sociedad”, dijo Blatter.“Nosotros no somos el origen de la violencia, el origen está en la sociedad. En la historia de la humanidad vemos que había violencia antes de que el fútbol existiera”, remató el máximo dirigente del fútbol mundial.Por otra parte, Blatter, no quiso hacer un balance sobre la entrada de la tecnología en la línea de gol en el Mundial de Clubes que se disputa en Japón, pero indicó que “los árbitros están muy satisfechos con esta ayuda”. Contra el racismoBlatter, anunció que tiene previsto discutir con el máximo responsable de la UEFA, Michel Platini, las sanciones por actos racistas, a raíz del reciente castigo a Serbia por los incidentes ocurridos en un partido Sub-21 contra Inglaterra.El motivo son los incidentes registrados entre ambos equipos en un partido el 16 de octubre. En ese duelo, clasificatorio para la Eurocopa Sub-21 de 2013, Inglaterra ganó 1-0 en Krusevac y se escucharon gritos de “mono” contra jugadores ingleses negros. “Se debería ser muy duro, castigar con firmeza cuando se trata de discriminación y racismo”, añadió el titular de FIFA.





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