
Un preso que fue condenado a 12 años de prisión por robo agravado, entre otros delitos, solicitó a través de su abogado su “extrañamiento” hacia Uruguay en virtud de lo dispuesto por la Ley de Migraciones que establece los requisitos para la expulsión de un extranjero hacia su país de origen. No obstante la petición fue denegada por el Tribunal Penal 1, por lo que el letrado, el defensor oficial Marcelo Ozuna, ahora presentó otro recurso apelativo ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ), que dirimirá sobre la cuestión.
Dicho trámite establece que al cumplir una parte de la condena, los delincuentes de nacionalidad extranjera pueden ser favorecidos con el beneficio de regresar a su país y en libertad. El hombre condenado se encuentra alojado en la Unidad Penal de Eldorado y de acuerdo al escrito que presentó su abogado tiene familia y residencia en Uruguay.
El involucrado fue detenido en 2010 y debe purgar 12 años de prisión, tal como se le dictó la condena, el 12 de diciembre del 2013, por lo que el defensor oficial que lo representa consideró que “cumplió con más de la mitad de la condena y por tanto amerita su expulsión del país, en cumplimiento además del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 70/17 del presidente Mauricio Macri”.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Ozuna aseguró que “esta medida lo que pretende es descongestionar las cárceles, además el decreto del presidente solicita a las autoridades de Migraciones que los trámites se agilicen, algo que se hizo ya que le dieron el visto bueno.
Tenemos el 30% de las prisiones de Misiones pobladas por extranjeros. Por eso aquellos con condena firme y que hayan cumplido más de la mitad de la misma pueden ser expulsados. Una vez deportados tienen prohibición de ingreso absoluta a la Argentina, de forma perpetua. Hay que pensar que un preso extranjero ocupa cama, alimentos y medicamentos de un reo argentino que hoy por hoy está hacinado en alguna unidad penitenciaria”.

Willy Warley González Perrugorría, de nacionalidad uruguaya, fue condenado junto a un cómplice a doce años de prisión por “robo; robo calificado en poblado y en banda en grado de tentativa; resistencia a la autoridad y tenencia ilegal de arma de fuego en concurso real”.
Durante el juicio quedó acreditado que ambos acusados intentaron robar el banco Macro en Concepción de la Sierra, pero por alguna razón se retiraron con las manos vacías.
Se pudo probar que entraron a la entidad por dos boquetes efectuados en la pared de una construcción lindera al banco. González Perrugorría durante el debate confesó su responsabilidad en la tentativa de robo. Ambos fueron declarados reincidentes porque tenían una condena anterior en Buenos Aires.





