La frase pertenece a Luis Bezus (62), hermano y tío de las víctimas. Voy a ir para decirles que los perdono, aseguró luego de la condena, que se conoció ayer al mediodía en Oberá. Deberán cumplir 35 años tras las rejas.Sergio Elías Machado (28) y Jorge Miguel Chiluk (28) deberán cumplir 35 años de prisión por ultimar a tiros a Lidia Bezus (59) y Diego (29), su hijo, en julio de 2015, en Los Helechos. Sin embargo, esa no fue la única novedad trascendente que se registró ayer en el Tribunal Penal 1 de Oberá, donde se cerró el debate oral por el doble crimen.
Una vez conocido el fallo, uno de los hermanos de la mujer asesinada rompió el silencio y, ante PRIMERA EDICIÓN, brindó una confesión conmovedora y pocas veces escuchada en boca de familiares de víctimas.
Todos estos años fueron de mucho dolor. Realmente hay que estar en nuestro lugar para saberlo, pero yo ya encontré el perdón para ellos en mi corazón. Hoy no se lo pude decir porque no me dejaron, pero voy a visitarlos en la cárcel para decirles que los perdono, dijo Bezus, quebrado por la emoción, a este Diario.
El hombre permaneció en el anonimato para propios y ajenos durante los tres días que duró el juicio. Ayer, finalmente, habló con este matutino y brindó un conmovedor relato que sorprendió en cuanto a lo inédito del mismo, apenas segundos después de que los autores del doble crimen recibieran una condena a prisión perpetua.
Apriete a una testigo
Bezus y Emilia Martínez, cuñada del hombre, presenciaron todo el debate desde la última fila de los asientos asignados para el público. Durante las últimas tres audiencias vieron pasar frente a sus ojos tanto a imputados como a testigos y funcionarios de la Justicia.
Ya estaban ayer allí, a las 8.30, cuando comenzó la última jornada. Tal como habían previsto los magistrados Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Lilia Avendaño, la única testigo prevista para el día fue Mariela Vanesa Machado (35), prima del imputado de mismo apellido y conocida de la actual novia de Chiluk, María Adela Regalado (46), quien declaró el miércoles y entró en serias contradicciones.
Machado fue al grano, pidió declarar en ausencia de los imputados y, ya sin Chiluk pero con su primo en la sala, entre otras cosas, aseguró que Regalado se presentó apenas días atrás en su casa de Colonia Guaraní para exigirle que no se presentara a declarar ayer en el debate.
Es muy difícil asistir a muchas de estas cosas. Hubo mucha mentira, se dijeron cosas que no son ciertas. Siempre es difícil llegar a la verdad, reflexionaría luego del debate Bezus, sin decirlo aunque en buena parte, a raíz de lo surgido en ese testimonio.
La pena más alta
Segundos antes de las 9 los jueces del tribunal obereño consideraron cerrada la etapa de producción de pruebas y abrieron el telón de los alegatos.
La doctora Estela Salguero de Alarcón, al frente del Ministerio?Público, fue la encargada de iniciar el plenario. A la imputación por doble homicidio calificado para lograr la impunidad y por la utilización de arma de fuego, la fiscal exigió un tercer agravante, el de el concurso de dos o más personas en el hecho.
Pido la prisión perpetua para Machado y Chiluk. Esa pena es grave, pero el hecho es gravísimo, argumentó Salguero, quien indicó que matar de la forma en que mataron y por un celular no tiene perdón. La fundamentación válida de la fiscal encontró entonces una excepción inédita en lo que luego sostendría Bezus. Claro que la letrada se refería a la responsabilidad penal que le cabería luego a los acusados por el hecho.
Más tarde llegó el turno de los abogados defensores. La defensora oficial Teresa Gómez De Roth apoyó el pedido de absolución por el beneficio de la duda para Chiluk en una planilla laboral del aserradero donde trabajaba, que indicaba que el imputado estuvo en ese lugar durante la mañana del jueves 16 de julio de 2015, el día del hecho.
Los responsables de ese predio, emplazado en el denominado Kilómetro 9 de Oberá, declararon en el juicio y dijeron que el aserradero tiene tres salidas y que resulta imposible conocer el movimiento de cada uno de los empleados.
Sobre el final alegó el abogado particular Roberto Bondar. Mi cliente puede ser considerado de muchas maneras. Puede ser considerado un tonto, pero jamás un asesino, sintetizó el letrado, quien también pidió la absolución de su pupilo procesal.
Sentenciados
Los magistrados pasaron a deliberar alrededor de las 11.10. Se inició entonces la tensa espera, tantos para unos como otros. Estamos esperando el veredicto y uno siempre quiere que se haga justicia. Pero le digo algo, yo soy cristiano y más allá de la sentencia, esta no deja de ser la Justicia del hombre. Y puede haber equivocaciones, sintetizó Bezus ante PRIMERA EDICIÓN desde la sala de audiencias de la calle Nueve de?Julio.
Aguirre, Rivero y Avendaño regresaron al recinto alrededor de las 12.20. La lectura del fallo fue corta y contundente. Se resuelve condenar a Jorge Miguel Chiluk, como autor penalmente responsable de robo calificado por el uso de arma de fuego en despoblado y en banda; y doble homicidio calificado para lograr la impunidad, a la pena de prisión perpetua, accesorias y costas, leyó Aguirre, presidente del tribunal. Después, las mismas palabras precedidas del nombre de Machado. Los dos recibieron 35 años de cárcel.
Una fuerte custodia policial rodeó a Chiluk y Machado. Ambos fueron esposados y trasladados de regreso a la Unidad Penal II del?Servicio Penitenciario Provincial, en Oberá, donde cumplirán lo que les resta de la condena. Si bien el denominado cómputo de la pena aún no fue oficializado, es de suponer que, en caso de buena conducta, ambos puedan volver a la calle bajo libertad condicional recién en 2038, es decir, con dos terceras partes de la condena cumplidas.
El poder del perdón
Con la voz entrecortada y los ojos marcados por las lágrimas, Bezus volvió a hablar con PRIMERA EDICIÓN, esta vez con la sentencia ya conocida públicamente. Allí aseguró que, más allá de todo, ofrecía el perdón para los autores del doble homicidio de su hermana y su sobrino.
No podríamos haber seguido adelante si no fuera por la fuerza que nos dio Dios, indicó Luis, quien no tardó en agregar que, más allá de que consideró justo el fallo, la sensación en su interior no es exactamente de alegría.
No podemos estar contentos porque estos chicos recibieron prisión perpetua. La verdad es que me hubiese gustado que nada de esto sucediera, que pudiera hoy mismo ir a visitar a mi hermana, sentenció.
No obstante, pese al dolor, aseguró que logró perdonar a los autores del hecho. Encontré el perdón para ellos. Yo soy cristiano y tengo la certeza de que Dios nos perdonó y nos perdona todos los días. Hasta Jesús, en plena crucifixión, pidió por el perdón de quienes le hacían aquello. Entonces ¿quién soy yo para no perdonarlos? Estos muchachos cometieron un error. Yo ya los perdoné e incluso hoy los quise saludar, pero no pude hacerlo por todo el despliegue policial, se sinceró Luis.
Acto seguido, Bezus aseguró que intentará llevarles ese perdón a Chiluk y Machado en la cárcel.
Voy a ir a la cárcel a visitarlos. Quiero decirles que les perdono. Eso es lo principal. No es fácil para nadie. Todos somos humanos y enseguida queremos hacer justicia por mano propia. Para que se entienda, puedo decir que mi corazón está enojado, bravo, pero tengo a Cristo y eso es lo que me da la posibilidad de perdonarlos. No es fácil, pero de esa manera yo puedo dormir tranquilo y espero que ellos también lo puedan hacer para que tengan una segunda oportunidad, explicó, al borde de las lágrimas.
Lidia y Diego fueron asesinados entre las 8 y las 9 de ese jueves 16 de julio de 2015 en su chacra de Paraje Samambaya, a ocho kilómetros de la zona urbana de Los Helechos. Desde entonces, Bezus perdió mucho más que una hermana.
Eramos ocho y con los años y después de esto, sólo quedé yo aún con vida, contó, tras asegurar que otro de sus hermanos, vivo hasta ese momento y quien sufría problemas cardíacos, falleció tres meses después del doble crimen, quizás golpeado por todo lo que pasó.
Tras la entrevista, Bezus partió de regreso a casa, a la espera de poder cerrar su herida a través del perdón. Ese es el poder del perdón, cerró, antes de retirarse.
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