Emsa está realizando inspecciones en todo el ejido municipal y las colonias de San Vicente. En el barrio 25 de Mayo se detectó un 75% de conexiones clandestinas. Se los intimó a regularizar la situación en una semana. Otros tres asentamientos están en la mira. La delegación de Electricidad de Misiones Sociedad Anónima (EMSA) en San Vicente encontró, en una recorrida por el barrio 25 de Mayo, que 150 de las 200 casas existentes en el lugar están enganchadas al tendido eléctrico. Estas familias detectadas en flagrante irregularidad recibieron el lunes una notificación para que en el plazo de una semana arreglen su situación con la prestataria.
Este vecindario ubicado en la margen derecha de la ruta provincial 13, a la altura del kilómetro 49, fue el primero que recibió la visita de los inspectores de EMSA, quienes se encontraron con una maraña de cables que pasa de casa en casa, transportando la energía consumida pero por la que no se paga.
Pero su caso no sería el único: desde la propia empresa eléctrica advirtieron que hay por lo menos tres barrios sanvicentinos más en la misma situación o peor.
Desde hace dos semanas está instalado en esta ciudad un vehículo de la división de cortes del servicio, que realiza las inspecciones en todos los barrios y colonias del municipio. Así se detectó que en el barrio Tripa, al costado de la ruta nacional 14 en el acceso Norte de la ciudad, viven unas 80 familias, todas ellas enganchadas a la luz; en el barrio Esperanza (más conocido como Sapo, detrás del CIC), viven unas 100 familias, también todas enganchadas; y en el Barrio Obrero (detrás del 51 Viviendas) serían unas 70 las familias en esa condición.
Cabe matizar que estos tres últimos asentamientos tienen la particularidad de que son ocupados en forma irregular y por lo tanto no tienen forma legal de acceder al servicio de energía eléctrica.
Lo cierto es que este inicio de semana, los trabajadores de EMSA hicieron las notificaciones correspondientes a los enganchados y les dieron un plazo de una semana para acercarse hasta la oficina a regularizar la situación y poner en forma legal la luz.
Drama para muchos
La cantidad de usuarios que consumen la luz pero no la pagan fue uno de los reclamos que hicieron los sanvicentinos cuando se movilizaron en las calles de la ciudad en febrero pasado, tras recibir el primer boletazo de EMSA: los vecinos que se juntaron frente a la delegación local de la empresa denunciaron que había muchos que estaban enganchados, en un sistema que contaría con complicidades políticas y que incluso provocó tragedias: así, en el barrio Esperanza (ex Sapo), una chica de trece años falleció producto de una descarga eléctrica mientras colgaba la ropa en un alambre que rozaba un cable que llevaba la luz al vecino.
En ese momento, los operarios de EMSA cortaron las conexiones clandestinas y tres días después los mismos vecinos las reconectaron y siguen usándolas hasta hoy.
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