Se reunieron todos los viernes durante dos horas para compartir una variada cantidad de actividades. La consigna siempre fue no quedarse encerrados y solos en sus casas. No te quedes encerrado, que la depre no te gane, vení a reirte con nosotros, vení a cantar entre todos dice una de las canciones que crearon los adultos mayores que participan del taller Juegos en la memoria, que se realiza en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.
Y esa es la consigna del taller, ofrecer un espacio de entretenimiento, aprendizaje y para compartir entre pares. Y con ese propósito asistieron todo el año unos 30 adultos mayores, todos los viernes de 16 a 18, en el primer piso de Humanidades.
El cierre del ciclo, que tuvo lugar días atrás, fue una muestra de todas las actividades que realizaron durante 2017 donde el humor cobró protagonismo.
Esta síntesis de 2017 la realizaron a través de una revista oral de vidas a la que bautizaron Sabi-hondas.
Según indicó a PRIMERA EDICIÓN Norma Vega, que asiste desde hace tres años al taller, asumimos el rol de locutoras y movileras e hicimos entrevistas. También mostramos el árbol genealógico, elegimos el de una compañera que tiene 7 hijos, 23 nietos y 7 bisnietos; y el de otra compañera que tiene antepasados de mucha alcurnia… solo para reírnos. Asistimos al taller alrededor de 30 adultos mayores, casi todas mujeres, porque solo hay tres varones.
La diversión al frente
Recordó que el año pasado presentaron una obra de teatro inventada escrita por ellos sobre lo que les ocurre diariamente para conseguir turnos con los médicos… y todas las dificultades que tiene el adulto mayor en su día a día. La obra se llamó Canas al viento.
Este año quisimos hacer algo más humorístico, hicimos reverencias, bailamos el pericón, fue más completo porque este año trabajamos sobre más temas. En una de las clases hablamos sobre los recuerdos que teníamos de nuestra infancia y adolescencia… y elegimos los mejores poemas que cada uno hizo sobre esa etapa de nuestras vidas. Los profes nos ayudaron a escribir en verso, paso a paso, e inventamos metáforas y demás. Ahí seleccionamos los tres mejores poemas que compartimos en la revista oral, recordó.
Otra clase hicimos avisos clasificados con doble sentido… por ejemplo, uno de esos clasificados era por una dentadura postiza hallada en inmediaciones del sanatorio locura, llamar a la señora mordida sin dientes. El objetivo es que podamos divertirnos y aprender a la vez, señaló Norma.
El cierre de la revista oral fue una gran sorpresa para los adultos mayores que se emocionaron cuando sus nietos los describieron como abuelos y todas sus mañas.
La escuelita
Durante el año, en el taller, leemos poesía, recitamos poesías, inventamos nuestras propios versos, trabajamos con pasapalabras, memorizamos textos… y después del taller, nos vamos todos a una heladería, a la que bautizamos la escuelita, y seguimos charlando, confió Norma.
Para los adultos mayores es muy importante poder participar de este taller en la facultad, aprendemos mucho y la pasamos bien. Nosotros participamos del taller desde hace tres años, esperamos los viernes ansiosos. Pasamos dos horas divertidos, nos hace revivir. Nos permite compartir y no estar encerrados en nuestras casas. Es como dice la canción que inventamos: No te quedes encerrado, que la depre no te gane, vení a reirte con nosotros…, aseguró.
Norma agradeció a los profes a cargo Raquel, Andy, Maru y Gonza, todos docentes de Humanidades. Sabemos que cobran poco, están contratados, pero lo hacen de corazón y nunca nos fallan, destacó.
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