Las mismas habían sido convocadas tras ser ofrecidas por la parte querellante. No trascendió su identidad y se supo que al parecer su testimonio estuvo vinculado a la utilización de un teléfono celular. Finalmente las mismas habrían negado esta versión. No obstante, continúan las pesquisas por parte de la Justicia para echar luz sobre el caso, que se conoció cerca de las 21.45 del sábado 6 de abril de 2013, cuando fue hallado el cuerpo de la joven en el inquilinato donde vivía. Los efectivos acudieron a la escena, ubicada sobre Estado de Israel 3495, en Posadas, tras recibir el llamado de un grupo de vecinos, que acudieron a sofocar un incendio en el departamento “2” y se toparon con el cuerpo sin vida de la joven en una habitación. Posteriormente, la autopsia reveló que se había tratado de un crimen. La víctima recibió cinco violentos golpes en el cráneo -realizados con un martillo o un elemento similar- aunque la causa de la muerte fue por inhalación de monóxido de carbono. El examen forense también reveló que la joven había sido violada, cuestión que permitió rescatar rastros genéticos del abusador, que hasta el momento siguen sin arrojar cotejo positivo.Las pruebas de luminol indicaron que el asesino intentó limpiar la sangre de la escena con un trapo de piso e incluso se bañó antes de iniciar un incendio para ocultar el hecho y escapar hacia el anonimato. Siempre se mencionó como una clave que podría ayudar en la causa las pericias técnicas que se llevaban adelante alrededor de la notebook de Lucía, único elemento con el que escapó el autor del asesinato. La Justicia provincial ordenó una suerte de seguimiento virtual de esa máquina, que contaba con un sistema que en principio permitiría captar el punto geográfico desde el que volviera a encenderse. Hasta el momento no hubo resultados positivos con respecto a ese rastreo electrónico.
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