¡Hola queridos amigos!El domingo anterior hablamos de la responsabilidad de permanecer alegres, y hoy la relacionaré con el poder de nuestras decisiones, pues si éstas las tomamos en ese estado, tendremos mas probabilidades de que sean asertivas y muy distintas serían si la tomáramos de mal humor. Toda esta introducción viene a colación para poder enganchar con el tema que trataré hoy: El código secreto de la Biblia, para lo cual haré un resumen de un artículo periodístico. El código fue descubierto por Eliayahu Rips, uno de los expertos mundiales en teoría de grupo, el modelo matemático en que se basa la física cuántica.Descubrió en la Biblia un código secreto que revela hechos ocurridos miles de años después. Entre ellos, el asesinato de John Kennedy; el advenimiento de Hitler; el alunizaje; los descubrimientos hechos por Newton, Eriksson y Einstein; la caída del muro; la bomba de Hiroshima, etc. El periodista Michael Drosnin, basado en esta información, escribió el libro El código secreto de la Biblia, y dice que la Biblia tiene la forma de un gigantesco crucigrama. Está codificada de principio al fin con palabras que, al conectarse entre sí, revelan una historia oculta. Esto lo han corroborado matemáticos de Harvard, Yale y la Universidad Hebrea, y verificado por un experto en descodificación del Departamento de Defensa del Pentágono. El propio periodista pudo corroborar su eficacia al comprobar un año antes que el asesinato de Itzhak Rabin estaba anunciado en el código por medio de una leyenda que cruzaba su nombre y que decía: “Asesino que asesinará”.“SI EL FUTURO PUEDE SER PREVISTO, ¿PUEDE TAMBIÉN SER MODIFICADO?”, se preguntó Drosnin. Acto seguido le envió una carta a Rabin avisándole, pero no recibió respuesta.Para asombro de Drosnin, la profecía bíblica se cumplió: Rabin fue asesinado en noviembre de 1995.Aparentemente, la Biblia es una especie de base interactiva a la que, hasta la puesta en marcha de las computadoras, el hombre no había podido acceder. Fíjense acá la importancia de que el texto original en hebreo, escrito en letra continua de 304.805 letras, no haya sido modificando o cercenado, como ha sido hecho con la Biblia que ocupan algunas religiones. En una de las matrices, dice Drosnin, la frase “sellado ante Dios” cruza las palabras “código de la Biblia”. Y el término “ordenador” aparece en el último capítulo de Daniel, partiendo del mismo versículo donde se le ordena al profeta: “Guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin”.Las dos grandes preguntas serían -culmina el artículo-: ¿POR QUÉ DIOS NOS REVELARÍA JUSTO AHORA EL CÓDIGO SECRETO? ¿SERÁ QUE NOS ESTÁ HABILITANDO A CAMBIAR LAS PROFECÍAS?Un mensaje magnífico dentro del mensaje nos está brindando Dios al comunicarnos que recién serán reveladas estas palabras en el tiempo del fin, confirmándonos el momento importantísimo de la historia de la humanidad que nos toca vivir; es éste el fin de un ciclo de evolución, el final de la cuarta dimensión dada por Einstein: el tiempo. Es ahora cuando el hombre debe descubrir todo este conocimiento oculto y tomar conciencia de la importancia de su rol en su propia historia. Entonces, Dios nos hace conocer un posible futuro y nos otorga además la herramienta para cambiarlo, y ésta es el poder de nuestras decisiones. De aquí la importancia de permanecer alegres, con que comenzamos este artículo, pues en ese estado de alegre armonía podré elegir la mejor posibilidad de futuro y por medio de la oración poder concretarlo; sabiendo que la oración es el pensamiento intencionalmente orientado a Dios. Gracias a muchos que, como nosotros hoy, han decidido transitar por la vida con un pensamiento elevado en estado de alegre armonía, han lograron cambiar el curso de la historia y las profecías que anunciaban un futuro catastrófico, ya no se han cumplido. Es por todo esto que agradezco infinitamente a mis lectores, pues la sola intención de leer lo antedicho, los abre a un entender y aprender cómo se mueven las fichas en el tablero de la vida y que estamos habilitados a moverlas para el Bien, a través de nuestros pensamientos. ColaboraGraciela del CarmenZaimakis de AbrahamEscritora
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