El calvario que le tocó vivir duró nueve años hasta que buscó ayuda en su madre pero la mujer pensó que “mentía”. A los trece años, escapó y una vecina la ayudó a contar su historia.A más de dos años de los hechos, el autor de las violaciones confesó su culpa: obligaba a su hermana a compartir la misma cama y le aplicaba violentos castigos, pese a las súplicas de la pequeña.El changarín, de 22 años, llegó ante el Tribunal Penal 1 de Eldorado acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”. Y finalmente se retiró con una condena de ocho años y seis meses de prisión, después de aceptar las responsabilidades que le corresponde por la pesadilla que le hizo vivir a su hermana.Ante el desgarrador testimonio de la víctima, la defensa resolvió confesar y firmar un juicio abreviado en base a lo propuesto por el letrado Federico José Rodríguez, titular del Ministerio Público Fiscal ante el tribunal en cuestión.El acuerdo cuenta con la homologación del Tribunal, conformado para el caso por los magistrados Atilio León, Lyda Gallardo y María Teresa Ramos.Silencioso calvarioEl caso salió a la luz en julio de 2015, la menor escapó de su casa y se refugió en la vivienda de una vecina. Ella tenía 13 años y se animó a contar el verdadero infierno en el que estuvo cautiva. La primera violación, según relató en Cámara Gesell, ocurrió cuando tenía cuatro años. Su hermano mayor la llevó hasta la habitación: la golpeó y le quitó las ropas, luego la sometió sexualmente. Esto se repitió, durante nueve años.“Él lo hacia como si fuera su novia”, manifestó un pesquisa que investigó el lamentable caso.En una oportunidad el hombre le prometió un teléfono celular. Ese artefacto significó un tormento porque fue brutalmente abusada por su hermano. Durante el desgarrador relato la víctima manifestó que no quería regresar a la casa por las noches porque sabía lo que iba a pasar. El hermano la obligaba a compartir la misma cama.Cuando la niña se acercó a su madre, en busca de ayuda, la mujer lejos de protegerla le habría manifestado “que no mintiera ya que su hermano era quien la cuidaba”.Las investigaciones revelaron que la mujer abandonaba la propiedad por días y dejaba a sus hijos solos.
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