Uno de los dones más lindos que existen es el de dar. Un don es una capacidad innata que libera nuestro potencial. ¿Por qué uno tiene que dar? Porque a otro le falta algo. A todos nos falta algo. Todos tenemos carencias y hay distintos niveles de carencias. Hay gente que está en un estado de miseria, no tiene absolutamente nada de nada. Hay otro nivel que es el de la pobreza donde la persona tiene muy poco. Otro nivel es el de aquel que vive con lo justo, ya sea en la salud, en la economía, en los afectos, etc. Y el último nivel es el de la abundancia que es cuando a uno le sobra. Cuando tenemos una carencia todos buscamos satisfacerla, pero la podemos satisfacer bien o mal. Es decir, creer que la estamos sanando cuando no es así. Comparto un ejemplo: a una niña de cinco años se le murió el hermanito y los padres no le dijeron nada al respecto. De un día para el otro, la criatura no vio más al hermanito y, como resultado, volvió a hacerse pis encima. Entonces los padres la llevaron al médico y, cuando les preguntó si había pasado algo grave en su familia, le contaron lo sucedido y el hecho de que no lo habían conversado con su hija. El profesional les aconsejó hablar con ella y después ir al jardín de la casa y enterrar una semilla en honor al hermanito. Así lo hicieron y a la nena le desapareció el síntoma. Ella necesitaba hablar y oír, pero como esa necesidad no estaba satisfecha apareció un malestar para sanar esa carencia. Una persona desarrolla una adicción porque tiene una carencia llamada A. Entonces le aplica B (drogas o alcohol) para tratar de satisfacer A, pero A nunca se termina de sanar porque A se sana con A no con B. A esa niña que tenía incontinencia, aunque le dieran medicación, ella tenía una carencia que era la necesidad de hablar y de escuchar. Todos tenemos dos necesidades: una es psicológica y la otra es espiritual. Todos tenemos necesidades de diversa índole pero hay dos necesidades que todos los seres humanos compartimos: 1. La estimaCuando hablamos de estima, nos referimos al hecho de que todos necesitamos que nos miren, que nos escuchen, que nos valoren, que nos acaricien, que nos respeten. Es una necesidad que tenemos desde la niñez y los padres son los primeros en satisfacerla. Cuando hablamos, decimos: “Mirame” o “¿por qué me mirás así?”. La mirada es ser reconocido. 2. La intimidadTodos necesitamos abrirle nuestro corazón a alguien y que alguien nos abra su corazón a nosotros. Necesitamos sentir que conectamos. Eso se llama compromiso, vínculo, intimar con el otro, darme a conocer y conocer al otro, relación afectiva profunda. La mayoría de las personas cuando les falta alguna de estas dos necesidades que denominamos A, procuran llenarlas con B (placer, comida, amigos, compras compulsivas, etc.). Pero recordemos: cuanto más le apliquemos B, más nos alejaremos de nuestra verdadera carencia. Necesitamos ser sinceros para identificar si nos falta A porque si nos falta A, tenemos que llenarlo con A no con B. Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a [email protected] StamateasDoctor en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.
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