Nuestra esencia es una parte del todo, pero en el transcurso de la vida dejamos trocitos de nosotros mismos en lugares o personas, algunas veces los damos voluntariamente, otras directamente nos las roban. Otras, pagamos los precios y nos olvidamos de nosotros. No expresar una parte nuestra nos divide… al dividirnos quedamos sujetos a las polaridades y así de a poco nos vamos fragmentando. Dejamos de ser esos seres completos que alguna vez fuimos y comenzamos a separarnos cada vez más de la esencia. Sin importar la causa, el alma se ha fragmentado y es necesario liberar los fragmentos del corazón que quedaron olvidados, atrapados en esas partes que se encuentran prisioneras, y reintegrarlas a la unidad original para que haya una completa sanación y posterior liberación. Nuestra fragmentación puede producirse por conflictos afectivos simples o importantes, por enfermedades de larga duración, sin importar la edad, por traumas, duelos… dolores. La fragmentación del alma se dio en algún momento traumático del pasado en nuestras vidas y en ese momento quedaron partes congeladas y el resto siguió, pero esas partes quedaron excluidas del todo, de nuestro todo, de nuestro físico, emoción, mente…… del alma. Y así es como al estar desintegrados perdemos las ganas, el interés por la vida… Vivimos, sin vivir….Puesto que Nuestra alma contiene toda la información de quienes somos como seres espirituales y anímicos. Volver a recuperar los fragmentos perdidos de nuestro corazón nos va completando hasta llegar nuevamente a ser uno.Volver a recuperar nuestras partes perdidas, olvidadas, congeladas, excluidas muchas veces por el mismo dolor, el pasado o su recuerdo… es volver a recuperar la fuerza y el impulso para la vida que hasta ese momento estaban sosteniendo una estructura de conflicto la cual ya no nos sirve y nos impide vivir en el presente. ….Cuando en constelaciones familiares decimos… “ahora elijo la vida, elijo el presente, elijo vivir”, estoy diciendo que después de haber visto y aceptado todo tal y cual fue, ahora dese el adulto vuelvo a elegir seguir adelante pero completo, recuperando los dones de tantas heridas, ya que es gracias a ellas que podemos no solo recuperarnos sino también generar la fuerza necesaria para enfrentarnos desde el adulto a nuestro destino.Se ha demostrado biológicamente que a partir de una sola célula se puede llegar a reproducir todo el cuerpo. En la esfera espiritual, emocional, y mental sucede lo mismo. En los eventos traumáticos en general existe una alta probabilidad de una fragmentación. El trozo de nuestro ser que queda detenido lleva consigo toda la información “la herida y el don”.Cuando los fragmentos son mirados, reconocidos, duelados e integrados, físico emoción y mente se alinean, estos son devueltos a un orden, los recuerdos y las emociones asociadas con la partida del fragmento también son recuperados y recién en ese momento podemos alinearnos con de alma, es justamente en ese momento que parte nuestra puede volver y ponerse a disposición para la vida.ColaboraPatricia [email protected] Facebook: Patricia Mónica Couceiro 3764 829015
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