Mediante una presentación efectuada por Fiscalía de Estado, la Provincia se incorporó como querellante a la causa penal abierta por la presunta caza de un ejemplar de yaguareté, especie en extinción y declarada monumento natural, en una reserva de Alto Paraná. El compromiso que se asume a través de esta resolución tiene ribetes inéditos por tratarse de una acción en la que el Estado se involucra con todo el rigor que corresponde en la protección del patrimonio natural de los misioneros, representado en su fauna y flora de excepcionales características. El daño ecológico que produce esta práctica ilegal es indudable hoy, cuando la protección del medio ambiente tiende a ser uno de los valores más reconocidos socialmente en el mundo. La constitución de la Provincia en querellante tomó estado público luego de la presentación realizada por Fiscalía de Estado ante el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Puerto Iguazú. El Estado asume la representación de los intereses públicos, buscando aclarar el caso judicial y, una vez puestas en firme las responsabilidades, castigar a los autores del hecho mediante el castigo aplicable para la figura del delito penal de caza agravado. La pérdida de un animal de enorme valor para el funcionamiento de los ecosistemas nativos hace destacable esta presentación aunque, en lo particular, se deberá probar en juicio el supuesto ilícito. Y habrá que ver si en otros casos donde se vulnera el patrimonio natural, que no faltan, se toman similares recaudos, con similar nivel de compromiso. La figura del querellante particular resulta también novedosa en la legislación misionera en la que se introdujo en 2013 por medio de una enmienda constitucional. Probablemente sea la primera vez en el país que se hace uso de esta figura ante la pérdida de un ejemplar de especies nativas en peligro de extinción. Como el emblemático yaguareté en Misiones, otros animales nativos sufren, en el país y el mundo, la condena a la desaparición debido a las transformaciones de su hábitat natural. La amenaza, en los últimos decenios, se ha vuelto inexorable a causa de los sistemas de explotación intensiva de los recursos naturales y la crisis ecológica que conllevan.
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