Yami pinta desde los 12 años, yo la conocí a los 16. En mi primera clase de pintura, en el taller donde fuimos compañeras, me dio instrucciones de cómo pintar el cielo. También me mostró ese bordecito del bastidor que siempre debo pintar, para que cuando lo enmarque quede perfecto. Fueron mis primeras lecciones y las recibí de esta niña.Poseedora de una belleza única, y una dulzura que la caracteriza, por dentro es una mujer tenaz. Es una guerrera en busca de sus sueños.Esta joven cursó sus estudios en la Facultad de Arte de Oberá, obteniendo el título de profesora de Artes Plásticas. Se recibió e inmediatamente se puso a trabajar. Cuando ella te cuenta como enseña arte a los niños, en sus palabras se siente la pasión por lo que hace. Les enseña sobre los girasoles de Van Gogh o las obras de Miró. Yo estoy muy orgullosa de sus logros.Nuestros caminos se volvieron a cruzar, ahora vamos juntas, con los mismos ideales, con la misma pasión, un poco más maduras las dos (bueno, yo un poco más). Buscamos lo mismo, seguir aprendiendo, no detenernos, sin competencias, sin egoísmos, a la par como amigas y colegas.Una de sus últimas obras se trató de un pedido muy especial. Un cuadro gigante de 2,5 x 1,40 mts. El motivo convengamos que no era tradicional. El resultado fue una obra magnífica, que cautivó a todos, incluso durante el proceso. Obviamente el destinatario sucumbió de emoción ante la obra. Para poder entregarla a su dueño consiguió un camión, debido al tamaño, esto no se ve todos los días, fue toda una odisea.Con miles de proyectos en mente, veremos con qué nos sorprende ahora Yamila. A mí no me queda más que agradecer de contar con su amistad y poder disfrutar de cerca su talento.ColaboraClaudia Olefnik. Artista plástica. Responsable del Taller Monarcas. En Facebook. 0376-4720701
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