El Gobierno nacional convocó a los gobernadores a participar en un gran acuerdo destinado a quemar etapas en la aplicación de las reformas que, en la visión oficial, son imprescindibles para convertir los “brotes verdes” apenas dibujados a la economía en una reactivación genuina y sustentable en el tiempo. Lejos de proponer un debate abierto en base a un diagnóstico objetivo; se impone una agenda centrada en un menú de reformas en el que destacan, como definió el presidente, “temas laborales, previsionales, impositivos y electorales”. Es obvio que el apuro en abordar este recetario de factura neoliberal responde por un lado al interés en aprovechar el viento a favor proveniente de las elecciones de medio término; y como se trata de reformas gratas al paladar del Fondo Monetario Internacional, que en breve estará otra vez tomando examen sobre el terreno, no hay que descartar que se busque quedar bien con la visita. En tanto, apelando al facilismo de orientar la atención pública a los hechos de corrupción, reales y supuestos, del gobierno anterior, se ocultan persistentes desequilibrios debidos a las políticas del gobierno de Cambiemos. El alto déficit fiscal, que este año superará el 7% del PBI se alimenta con una espiral de endeudamiento, que el Gobierno de Macri hace crecer a razón de 35.000 millones de dólares anuales y ya representa el 60% del PBI; son algunos desequilibrios hoy inocultables. Lo grave del caso es que el crecimiento neto de la deuda pública cerrará el año en 100.000 millones y, según un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda, (UNdAv), “el endeudamiento es la principal variable de cierre del sistema”. El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDeSA), a su vez, llamó la atención sobre la caída de las exportaciones, que en el primer semestre de este año alcanzaron 28 mil millones, por debajo de los totales de Chile y Uruguay. Por este camino de excesos, la economía argentina parece volver a un conocido punto crítico, el de políticas que acentúan la vulnerabilidad de su sector externo con el fácil recurso del endeudamiento irresponsable.
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