Con una personalidad arrolladora y apenas 20 años, Natalia Balbuena, Kreiluz, se expresa a través del rap. Es la única mujer misionera que se animó a salir a la luz y a contar historias y también a competir cantando. Cuando tenía 15 años vio un video de unos chicos rapeando y sola en su casa comenzó a hacerlo, “y me di cuenta que me salía; y después me enteré que había un grupo que se juntaba en la costanera y fui. Me ayudó que me recibieran muy bien, probé y no me fue mal. Comencé a ir todas las semanas y practicaba en mi casa. Después viajé a Corrientes, Formosa, Asunción. Nos vamos conociendo con todos y se arman grupos. En las competencias asisten de distintos lugares y yo gané el año pasado en la de acá. También fui a Buenos Aires, justamente uno de los chicos de allá que me vio acá me invitó a participar en noviembre a la competencia”. Decidida y dispuesta a improvisar con cualquier temática, aunque le gusta hablar de la mujer y ser una voz que nos represente, pero “lo que más quiero es que todos sepan que se puede, que no necesitás dinero para lograrlo sino que solamente tenés que luchar por tus sueños”.Kreiluz vende ropas en un comercio local para sustentarse y el año que viene estudiará Letras para poder incrementar sus conocimientos y ampliar su vocabulario porque “tenés que saber mucho, es una cultura de conocimiento de todo porque tenés que saber la actualidad, reconocer palabras, tener algo que decir para poder competir y responder porque si no entendés lo que te dicen o de lo que te están hablando no podés responder con contenido”, y así es como el jurado elige al mejor. Son muchas cuestiones que se tienen en cuenta, pero lo que más pesa es el contenido del mensaje. Si bien hace unos años el rap era equivocadamente asociado con las drogas o con ‘vagos’, hoy Kreiluz ve con alegría que cuando se juntan en la plaza San Martín también se animan a rapear nenitos de 10 y 13 años y lo bueno es que los padres los acompañan. “Antes, en mi casa me decían: ‘qué hacés juntándote con varones, en esos grupos’, porque no sabían de qué se trataba. Pasaron los años y vieron que yo seguía igual, no me drogaba, no tomaba, y también le mostraba videos o les canto, entonces ahora es como que dicen: ‘Mirá lo que puede hacer mi hija, le sale bien’. Lo que más quiero es poder ganar una competencia grande, ser una representante de Misiones y que todos se sorprendan: ‘¡Mirá la misionera!’, porque creen que del interior no pueden salir buenos y acá hay muchos chicos que son muy buenos, pero cuesta que sus videos se hagan virales como los de Buenos Aires”. Ese es el reto. PorRosanna [email protected]
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