Con el auspicio de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló, la licenciada en nutrición Valeria Da Luz dictó un taller sobre alimentación saludable en el que hizo hincapié en la importancia del cambio de hábitos alimentarios y la necesidad de instaurar, cada dos horas, las “pausas activas” en el horario de trabajo.La profesional explicó que uno de los ejes del taller fue generar conciencia acerca de la alimentación en horario de trabajo. “El tipo de alimentación en el ámbito laboral entra a jugar con diversos factores como el económico, el tipo de comida disponible o cercana, no poder refrigerar el alimento si la persona lo lleva desde su casa, o cuando el mismo lugar de trabajo no habilita tiempo o espacios para comer con tranquilidad. Por ello los nutricionistas damos consejos para comer colaciones saludables”. No solo comer de manera saludable, también la profesional instó a establecer en el ámbito laboral provincial a las pausas activas, una práctica que se implementó ya en Buenos Aires. Consiste en que cada dos horas haya cortes en la jornada laboral y se realicen ejercicios básicos en espacios reducidos, con movimientos de la parte superior e inferior del tronco. Es más, Da Luz señaló que hay lugares en los que se implementó un sistema de alarma que avisa a los trabajadores que pueden salir a caminar, estirarse, relajarse o parar para realizar movimientos. “Se ha comprobado que pequeñas pausas activas hacen que el trabajador se despabile y pueda volver a concentrarse mejor. Se cree que a la larga esto contribuirá a disminuir los picos de estrés. Esta idea no es muy conocida en Misiones. Hemos realizado talleres y notamos que genera un poco de vergüenza que la gente pare de trabajar, mueva los brazos y las piernas, la cabeza, pero es solo una cuestión de hábito. La idea es generar conciencia antes de que la persona tenga que visitar el consultorio o sacar licencia por estrés. Poder instaurar prácticas laborales más saludables tanto en alimentación como en las pausas activas para mejorar la calidad de vida del trabajador es el objetivo”.La profesional remarcó que la iniciativa tiene que salir de los empleados hacia los dueños de la empresa. “Desde la Fundación Barceló nos pareció importante promoverlo. Mostrar que las pausas activas se pueden hacer en nuestro ámbito, con todos los beneficios que eso implica tanto para los trabajadores como para el progreso de la institución en la que están insertos. Implica, además, que se creen espacios saludables en los lugares de trabajo. Hay gente que se pasa horas adentro de oficinas pequeñas, sin ventanas. El estrés ocular y psicológico que acumulan es muy elevado y esto puede ser una solución”.Colaciones saludablesPara que los trabajadores puedan cuidar su salud, evitar el sobrepeso y la obesidad, Da Luz brindó una lista de alimentos y sus propiedades que pueden ayudar a llegar a la hora del almuerzo sin tanta hambre, que de lo contrario obliga a comer más de lo debido al mediodía. Si el desayuno fue a las 7 de la mañana, por ejemplo, a las 9 se puede comer una colación. Las semillas de girasol son una buena opción porque “no tienen muchas calorías, son saludables, no necesitan refrigerarse y son económicas”, dijo la profesional. El pororó, es otra, porque “es crujiente y provoca saciedad. Es accesible porque se puede hacer en casa, embolsarlo o ponerlo en un tupper y llevarlo. Es una colación saludable”. Las galletitas sin relleno “son una buena opción pero se debe fraccionar el paquete, con seis es suficiente para atacar el hambre”. En caso de que no poder decir no a las harinas, Da Luz indicó que se debe buscar que las galletitas sean integrales. “Puede costar acostumbrarse pero es cuestión de hábito. Ese tipo de alimentos aportan fibra y ácidos grasos esenciales, que dista mucho de lo que contienen las harinas refinadas como las galletitas dulces o lo que venden en las panaderías”. Las pasas de uva que “tienen buen aporte de grasas esenciales y fibras”; las nueces que “si bien son caras, tienen buenas cualidades y son muy buenas para las personas que no tienen problemas de peso, porque tienen mucha grasa”. Otra opción es el turrón porque “sale barato y tiene las mismas calorías que una barrita de cereales”. “Las frutas como manzanas, bananas, peras o duraznos son ideales para los ambientes laborales, porque no dejan olor como sí puede ocurrir como la naranja o la mandarina”, indicó Da Luz a la vez que recomendó el yogur descremado “porque no contiene grasa” y “se pueden combinar con bananas o pasas de uvas”. Las almohaditas de avena son otra posibilidad “que se consigue en comercios de venta de alimentos dietéticos” o un huevo duro que se puede cocinar la noche anterior así como los bastoncitos de zanahoria. También recomendó sándwiches de queso y tomate pero “que no contenga fiambres para evitar la alta concentración de sodio”; también carne asada que “se puede preparar en sándwich, sobre todo para los que no gusten o quieran evitar los alimentos dulces”. Da Luz explicó que dichas colaciones se pueden variar durante la semana lo que hará que no haya tanto tiempo sin ingerir nada entre el desayuno y el almuerzo. “Esto va a generar que la persona no llegue al mediodía con mucho hambre y consuma más de lo debido. Por otra parte, eso genera estado de somnolencia. Justo cuando el cuerpo comienza a digerir la comida, la persona tiene que volver a trabajar”.
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