A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos… Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.María Rosa pasó por situaciones realmente difíciles, sin embargo apostó a la resiliencia. No se dejó caer y se reinventó para seguir.La resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas, también podemos salir fortalecidos de ellas, incluso desarrollando al máximo nuestro potencial.Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Tienen una manera diferente y más optimista de ver el mundo ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios.Mery Rouse, como le decimos en el taller tiene muchos talentos, docente, bailarina, profesora de arte, decoradora. Después de un suceso terrible en su vida ella despertó sin saber quién era, no sabía caminar ni hablar, todo lo aprendió nuevamente. Así un día esta profesora de arte vino al taller a aprender a pintar, pero en realidad lo que debía hacer era recordar, todo ese talento estaba dormido en su interior y juntas lo fuimos rescatando.Ella es muy sensible, pero muy sensible. Aprendimos a no desesperarnos con sus lágrimas porque es parte del proceso que ella vive, y una forma de canalizar sus emociones.Ella pinta como una diosa. Y una de sus últimas obras ha sido un unicornio, que a su vida aporta un significado especial.El significado del unicornio, debido a sus rasgos delicados y elegantes, nos invita a conectarnos directamente con nuestro lado femenino, que nos ayuda a apreciar las cosas bonitas en los demás. Además también nos invita a conectarnos con nuestro lado masculino, que es donde se centra nuestra voluntad. Y finalmente, con la unión de estos dos lados, podemos darle paso a nuestra intuición que se encuentra dominada por nuestro corazón y se ubica en nuestra cabeza para indicarnos de un modo muy sutil la dirección en la cual nos debemos dirigir para alcanzar nuestras metas.ColaboraClaudia Olefnik. Artista plástica. Responsable del Taller Monarcas. En Facebook. 0376-4720701
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