La cultura de los misioneros posee desde sus inicios de una perspectiva multicultural. Es determinante el legado que dejaron las Misiones jesuíticas, un intento de convivencia entre el blanco y los pueblos originarios sin antecedentes en el continente, en el marco de la conquista, tanto como la figura del “general indio”, Andrés Guacurarí, natural de la región que luchó al lado de José Artigas, por un federalismo de indudable raigambre igualitaria. Posteriormente, el ingreso de corrientes inmigratorias europeas terminó de sellar un perfil peculiar y único. En la provincia de menor territorio del país, por otra parte, gracias a la presencia inmigratoria, se apostó a la división minifundista de la tierra y a un proyecto industrial. Resulta evidente, en esta sucinta revisión de etapas que hicieron historia, que la apuesta fue a la diversidad y a la integración. Estos antecedentes indican claramente que la Provincia debería respaldar la prórroga de la Ley Nacional 26.160, sancionada por el Congreso en 2006, y que tiene como objetivo la integración de las comunidades aborígenes al país en plenitud de derechos. Es de esperar que, como ya lo solicitaron diputados de la oposición, los legisladores nacionales de Misiones voten a favor de avanzar en la prórroga de la ley, cuando se expida sobre el tema la Cámara de Diputados de la Nación el 27 de este mes. La norma declaró la emergencia “en materia de posesión y propiedad de las tierras que ocupan las comunidades indígenas” por 4 años, a partir de lo cual se prohibieron los desalojos y cualquier acción legal tendiente a ese fin. El texto legal dice que la posesión “debe ser actual, tradicional, pública y encontrarse fehacientemente acreditada”, requisito que, sin dudas, en muchos casos requiere de peritajes complejos y de una visión amplia de los fines involucrados de parte de quienes actúan en los relevamientos. Paradójicamente, la claridad de los objetivos no se reflejó en su cumplimiento, y hasta hoy no se han hecho los relevamientos necesarios para la aplicación de la ley más que en un 40%.Las dificultades existen, pero peor sería renunciar a la búsqueda de la integración y la concordia social.
Discussion about this post