El lunes se comenzarán a colocar reductores de velocidad y cartelería adecuada en la avenida Zapiola, en el tramo que va desde la ruta nacional 12 hasta Almirante Brown, como primera medida de seguridad vial. De esa manera se buscará parar la alta velocidad con la que se circula en una zona recientemente asfaltada y transformada en una suerte de “pista de carreras” porque no hay obstáculos naturales (badenes) ni semáforos que regulen el flujo del tránsito. El <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/255603/motociclista-murio-al-colisionar-contra-una-camioneta-fotos.html">último accidente ocurrido el miércoles, en el que el conductor de una camioneta chocó contra un motociclista que perdió la vida</a>, llevó a Vialidad Provincial y a la Municipalidad a buscar respuestas para reducir la velocidad máxima. Se trata de un reclamo de los vecinos y usuarios de la avenida como vía rápida para ingresar al centro desde la zona suroeste. La Secretaría de Obras Públicas del municipio en conjunto con Vialidad Provincial estarán al frente de las obras que suponen la colocación de reductores de velocidad tipo bordillos y su correspondiente cartelería en al menos siete intersecciones a lo largo de Zapiola: Santa Cruz, Andresito, Bustamante, Ituzaingó, Chacabuco, Martín Fierro y Almirante Brown.Los trabajos comenzarán este lunes, si las condiciones meteorológicas lo permiten.Siempre la polémicaSi se hace un poco de historia la avenida Zapiola siempre estuvo envuelta en polémicas. Primero porque estuvo décadas sin asfaltar y el reclamo de los vecinos encendió varios debates por el problema de la calle de tierra; más tarde se avanzó con una obra de empedrado desde Lavalle hasta Ituzaingó, pero la demanda por el asfalto siguió. Ahora que ya está hecho, se llega a la conclusión que llegó sin otras necesarias para una circulación, como por ejemplo reductores de velocidad o lo que es mejor: semáforos.La Zapiola, desde la ruta 12 hasta Almirante Brown tiene siete cruces de avenidas con características muy particulares dadas por una recta (sin un solo baden) de varios kilómetros que atraviesan las intersecciones. En todo el trayecto señalado no hay nada que obligue a detener la marcha, salvo la cultura vial de los conductores, que en general casi nunca circulan a la defensiva ni por debajo de los 50 kilómetros por hora permitidos. “No sirve de nada poner reductores de velocidad u otros si la gente no toma conciencia de ir hacia un manejo responsable y respetuoso en el tránsito”, pidieron el secretario de Obras Públicas municipal, Santiago Froloff y su par de Vialidad de Misiones, Leonardo Stelatto, para quienes estas medidas son provisorias hasta la colocación de un sistema de semáforos.
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