La Escuela 863 de Picada Progreso, de San Antonio, fue construida hace 25 años por padres de los alumnos, con la promesa del Gobierno de que construiría un edificio mejor en dos años. Eso no ocurrió y hoy la escuela literalmente se cae a pedazos por el paso del tiempo, y además constituye un gran peligro para los niños y para los docentes que no reciben respuesta por parte del municipio a cargo de Fausto Rojas, ni del Gobierno provincial.Los padres ya no quieren que sus hijos concurran a clasesMientras que en San Antonio, el presidente de la Cooperadora Escolar de la 863, Fabián Quast advirtió que agotaron todas las instancias y ninguna autoridad respondió. "Pedimos una escuela nueva desde hace mucho tiempo, mandamos notas a la Municipalidad, al Concejo Deliberante y al Gobierno provincial explicando la situación de la escuela y la falta de agua; pero nunca tuvimos respuesta. Hace un tiempo vinieron a mirar y estuvieron midiendo el terreno; pero hasta ahora no pasó nada. El piso está destruido, es peligroso para los alumnos, los padres ya no quieren mandar a sus hijos porque tienen miedo que se lastimen”, dijo uno de los padres.Sobre el problema del agua, el hombre destacó que pidieron un pozo perforado porque el sistema de recuperación de vertiente no anda. "A veces los padres compramos agua para que tomen los chicos; pero ahora la situación está tan difícil que no siempre podemos comprar y nuestros hijos se quedan sin esa posibilidad, y tampoco puede usar el baño, así que van al monte nomás. Esta es una verdadera escuela racho, cualquiera que ve esto no podrá creer que en plena siglo de la modernidad, los chicos pueda estudian acá”, expresó el titular de la Cooperadora Escolar de la Escuela 863."Estamos reclamando por las necesidades de esta escuela rancho"El establecimiento más cercano queda a ocho kilómetros de distancia, por eso la comunidad educativa no pierde las esperanzas de recibir ayuda, y siguen intentando por sus medios sostener la escuelita de sus hijos. Realizan actividades para recaudar fondos y realizar algunas tareas de mantenimiento, poniendo la mano de obra ellos mismos.La madre de una alumna que concurre a quinto grado, Carmen Regueiro, afirmó que varios intendentes prometieron ayudarles pero nadie cumplió. "Varios intendentes que pasaron por el lugar prometieron que iban a hacer la obra; pero siempre prometen en tiempo de campaña; pero nunca pasó nada. Con la promesa de que en dos años iban a hacer una escuela mejor, comenzamos la obra; pero pasaron más de 20 años y nada. Ahora estamos haciendo el comedor, comprando los materiales con dinero que generamos con actividades, pero va muy despacio, y la mano de obra también la ponemos nosotros", indicó.Con la recorrida que realizó por el lugar el diputado del PAyS, se esperanzaron de que se reactiven las gestiones ante la provincia, porque "si una autoridad del Ministerio de Educación mira las fotos y el video podrá darse cuenta de la necesidad que tenemos y que es real el reclamo de esta escuela rancho. Si conociendo el problema no se sensibilizan, es porque no tienen sentimientos. ¿Cuánto tiempo, cuanta inversión les puede costar hacer para nuestros hijos un edificio en el que estudien dignamente?", se preguntó la joven madre.
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