El 4 de septiembre de 2016, 19 años después de su fallecimiento, fue canonizada la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad y conocida mundialmente por su entrega generosa a los más pobres de entre los pobres.Durante la ceremonia presidida por el Papa Francisco, una de las religiosas presentó el relicario que contiene un cabello y sangre de la Santa, que vienen a ser reliquias de primer grado.Existen también reliquias de segundo grado, que son algún objeto usado por el santo o santa, o asociados al sufrimiento de un mártir; y las de tercer grado, si se trata de cualquier objeto que ha sido tocado con una reliquia de primer grado o la tumba del santo.La veneración de reliquias es una antigua costumbre entre los fieles y fue aprobada por la Iglesia en el Concilio de Trento. Así, para un correcto culto, la Iglesia ha establecido normas entre las cuales está la prohibición de vender reliquias sagradas.En ese sentido, según informa el sitio web oficial del Centro Madre Teresa de Calcuta, quien desee recibir una reliquia auténtica de la Santa, y no ser víctima de comerciantes y estafadores, “puede comunicarse con la Oficina de Postulación por correo electrónico a [email protected]”, o escribir a su dirección postal:Oficina de Postulaciónc/o Piazza S. Gregorio al Celio, 200184 RomaItaliaSanta Teresa de CalcutaLa Santa albanesa murió exactamente hace 20 años, el 5 de septiembre de 1997, en Calcuta (India), a los 87 años de edad a causa de un paro cardiaco.Santa Teresa de Calcuta dio siempre testimonio de servir a Cristo en los “más pobres entre los pobres”, enseñando que la mayor pobreza no estaba en los barrios humildes de Calcuta, sino en los lugares donde muchas veces falta el amor o en las sociedades que permiten el aborto.Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, perteneciente en ese entonces a Albania y actualmente a Macedonia. Su nombre original fue Gonxha Agnes Bojaxhiu, el cual cambio a Teresa al ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María.Fue bautizada al día siguiente de nacer, recibió la Primera Comunión a la edad de 5 años, y la confirmación un año después.Ingresó a la Congregación de las Hermanas de Loreto en 1928, un año después llegó a la India e hizo sus primeros votos en 1937. Estuvo 20 años en dicha congregación.El 7 de octubre de 1950 fundó a las Misioneras de la Caridad, con el carisma de entregarse por los más pobres entre los pobres. En 1963 fundó la rama masculina los Hermanos Misioneros de la Caridad, en 1973 a las Hermanas Contemplativas, en 1979 a los Hermanos Contemplativos, y en 1984 a los Padres Misioneros de la Caridad y el movimiento Corpus Christi para sacerdotes.En 1979 se le confirió el Premio Nobel de la Paz.Al momento de su muerte, la Congregación contaba con 3.842 religiosas en 594 casas en todo el mundo.Fue beatificada por su gran amigo San Juan Pablo II el 19 de octubre del 2003, quién la recordó de la siguiente manera: “Saciar la sed de amor y de almas de Jesús en unión con María, la Madre de Jesús, se convirtió en el único objetivo de la existencia de la Madre Teresa, y en la fuerza interior que la impulsaba y la hacía superarse a sí misma e ‘ir deprisa’ a través del mundo para trabajar por la salvación y la santificación de los más pobres de entre los pobres”.Fue canonizada 13 años después por el Papa Francisco dentro de la celebración del Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia.El Pontífice señalo que "Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que ’el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre’".En una célebre entrevista poco antes de morir, Santa Teresa de Calcuta dejó este mensaje a la revista brasileña misionera “Sem Fronteras” en 1997: “Ámense los unos a los otros, como Jesús los ama. No tengo nada que añadir al mensaje que Jesús nos dejó. Para poder amar hay que tener un corazón puro y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la paz”.Fuente: ACI Prensa
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