Este lunes será un día clave en el futuro procesal de Pablo Barrios, de 34 años, acusado de transportar más de cuatro toneladas de marihuana. Es que desde las 8.30, el Tribunal Federal de Posadas tiene previsto escuchar los alegatos de las partes y posiblemente dictar sentencia, que puede ser condenatoria o absolutoria. Durante tres extensas jornadas de debate, desfilaron por la sala de audiencias numerosos testigos, peritos e integrantes de Gendarmería Nacional, quienes aportaron su versión de los hechos y contestaron las preguntas de los camaristas. Al inicio del juicio, el único imputado en el hecho decidió declarar. Barrios, oriundo de Posadas y camionero por legado familiar, no había roto el silencio durante la instrucción de la causa, por lo que acaparó la atención de los presentes. “No sabía que entre la carga de madera había marihuana, no se sentía olor tampoco a la droga”, remarcó frente a la presidenta del Tribunal, Norma Lampugnani y los vocales Manuel Alberto Jesús Moreira y Mario Hachiro Doi y a la fiscal Vivian Andrea Barbosa. Luego, tal como publicó este Diario, apuntó a que fue contratado por intermedio de un amigo de Jardín América para llevar un embarque de madera hasta San Martín, provincia de Buenos Aires, que por el envío iba a cobrar 20 mil pesos y el camión sería cargado en un aserradero al que lo guiarían desde San Ignacio para llegar. Agregó que concurrió con el Scania 113 el 25 de agosto de 2016 hasta una estación de servicio sobre la ruta nacional 12 en San Ignacio y se encontró con dos hombres a bordo de una camioneta Toyota Hilux. “Ellos me guiaron hasta un aserradero de Puerto España, unos diez kilómetros antes de Jardín América. Me presenta al dueño del aserradero y a las 5 de la tarde comienzan a cargar la madera porque se había roto la máquina. Se demoró mucho y cuando subió el cuarto paquete de unos 3,50 metros de largo por 2,50 de ancho se paró la carga. Me llevaron en un Ford Fiesta negro hasta una parrilla que tiene piezas para dormir en Jardín América. A la mañana me buscaron las mismas personas y fuimos a terminar de cargar hasta las 13, pero como los remitos estaban mal confeccionados se retrasó la partida hasta las 17 que trajeron el formulario F-150 como correspondía”. Dijo que “ya en Candelaria me paró una camioneta de Gendarmería y me pidieron que corriera la lona, subieron al semirremolque y con una barreta rompen un suncho y notaron que había algo extraño, acercaron un perro y después llevamos el camión hasta el puente. Cuando me muestran con el scanner que había algo oculto me descompensé. Lo mismo me sucedió en el escuadrón cuando comenzaron a bajar las bolsas con la droga”. Barrios apuntó como responsables de lo sucedido a los propietarios, tanto del aserradero de Puerto España como los de la carga de madera en Misiones y el comprador destinatario. Aseguró que no recordaba la identidad del dueño del envío y solo señaló, con nombre y apellido, al supuesto titular del aserradero de Puerto España. A su turno, el supuesto propietario de ese aserradero, sostuvo que trabaja como agricultor y que dicho predio le había sido dado en comodato porque su propietario emigró a Buenos Aires. Este hombre luego se careó con el acusado, quien le dijo de manera directa: “Vos te presentaste como el dueño de la madera”, afirmación que rechazó el agricultor.Efectivos de Gendarmería y testigos -uno de ellos albañil- confirmaron ante el Tribunal en su momento que emanaba olor durante el control que se realizó y donde fue detectado el cargamento de marihuana. Esto contradijo la versión del acusado.
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