Si se cuenta con un día completo para pasear, el consejo es llegar hasta Villa Traful para disfrutar de su naturaleza vital y de sus propuestas gastronómicas.Salir de San Martín de los Andes hacia Villa Traful implica recorrer cada rincón de la Ruta de los 7 Lagos y entretenerse con sus puntos atractivos. Al llegar a destino, nos espera una villa enclavada en la montaña, que asoma hacia el lago Traful: azul, inmenso y lleno de vida.El pueblo fue creciendo en armonía con el entorno boscoso y junto al sonido de cascadas y arroyos que, luego de atravesar el área urbana, llegan al lago. Sus calles exhiben una cuadrícula irregular y tienen fuertes pendientes que permiten acceder a la parte más alta, donde el entorno es más bonito aún. Su característica arquitectura, con enormes estructuras de madera, grandes ventanales y base de piedra, repite la idiosincrasia de otras ciudades patagónicas. Varias casas de té ofrecen sus especialidades regionales y vienesas caseras junto a un rico chocolate o un té bien servido.Un gran acantilado rocoso de más de 100 metros de altura es el punto panorámico por excelencia: desde el espacio más alto del Mirador del Viento se observa el lago en casi toda su extensión y los cerros lindantes. Varios senderos de trekking permiten acceder a la montaña, valles y lagunas de las inmediaciones entre cipreses, coihues y ñires.La buena pesca deportiva es sumamente apreciada. En Puerto Arrayán hay un sector destinado al estacionamiento de casas rodantes y carpas, para quienes deciden pasar algunos días en la búsqueda de buenos ejemplares de truchas.En un ambiente sin contaminación, Villa Traful es un balcón al espejo de agua y una opción interesante para olvidarse de los horarios y gozar de un día de descanso y relajación.Ubicación: La villa está ubicada sobre la ruta provincial 65 dentro del parque nacional Nahuel Huapi, de ripio. En invierno está habilitada con mucha precaución; es necesario averiguar su estado con antelación al viaje. La distancia es de 110 kilómetros.CaminoVilla Traful de noviembre a abril (verano austral), junto con la temporada de pesca deportiva, es destino turístico, pero de fácil acceso todo el año. Se toma la RN 237, de la confluencia del río Traful a la villa hay 35 km de ripio en buen estado; de los cuales primeros 20 km, van paralelos al río Traful, por un paisaje de transición entre estepa y el bosque (ciprés de la cordillera). A ambos lados del camino, hay formaciones pétreas de tobas, roca formada por la consolidación de material volcánico. Estos relieves favorecieron la erosión hídrica y eólica. Al cruzar el puente del río Cuyín Manzano, se adentra 5 km por izquierda, atravesando el cajón del río homónimo, con condoreras a la vista. Al final del camino está la escuela y varias casas de pobladores, que venden frutos rojos, chivitos y pan casero.GastronomíaLa gastronomía del lugar no ofrece grandes variantes con respecto a los demás pueblos de la cordillera patagónica, dentro de las cuales se pueden apreciar exquisitos platos de truchas, ciervos y jabalíes ahumados; la preparación de salsas a base de hongos está muy difundida.El gran frío reinante y el aporte histórico de inmigrantes alemanes y suizos en la zona, ha llevado a una gran difusión de platos dulces como kuchen (tortas y bizcochos alemanes), apfelstrudel y otras tortas típicamente germanas, chocolates de alta calidad y mermeladas de frutos silvestres.Atractivos turísticosComo toda la región circundante, el valle ocupado por el río y lago Traful es rico en atractivos turísticos naturales: se destacan las montañas nevadas, los lagos, los bosques de coníferas y fagáceas etc. Especialmente interesante es el curioso Bosque sumergido de Traful en el cual se pueden practicar buceos.Fuente: www.arsanmartindelosandes.com
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