En el marco de las 20° Jornadas Nacionales de Jóvenes Profesionales en Ciencias Económicas que tuvieron lugar en esta ciudad, el especialista tributario César Litvin explicó las estrategias de fiscalización post sinceramiento que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) lleva adelante para identificar a contribuyentes con activos en el exterior.En una entrevista exclusiva con PRIMERA EDICIÓN consideró además que la reforma tributaria, que actualmente prepara el Gobierno nacional, debería terminar en primer lugar con el impuesto sobre los Ingresos Brutos; y en segundo lugar con el conocido impuesto al Cheque.¿Qué impacto generaron las políticas de sinceramiento fiscal de la AFIP?Hay una mayor conciencia tributaria y ha aumentado la base imponible de contribuyentes. Este sinceramiento marca una línea divisoria, hay un antes y un después, porque ahora el fisco tiene toda la base de datos de los bienes y de los activos de los contribuyentes que han blanqueado y que están en el exterior. Y para todos aquellos que no han blanqueado y tienen un activo en el exterior, ya sea en una cuenta o en un inmueble, hoy el fisco va a estar en condiciones de recibir información masiva de los países donde tienen los bienes para ver si están declarados o no. ¿En qué consisten estas estrategias de fiscalización pos blanqueo?La AFIP buscará detectar si el sinceramiento está bien hecho y se tratará de apuntar a esos sectores que están generando evasión. La AFIP cuenta hoy con tecnologías que le permite utilizar herramientas muy contundentes que generan las alarmas y así revelar las distintas inconsistencias que los contribuyentes puedan llegar a tener en facturaciones o en los gastos de consumos.¿Cómo funcionan las alarmas?Las estrategias de fiscalización están basadas en los intercambios de información que se reciben de todo el mundo. Hoy, hay 111 jurisdicciones que reenvían información en forma automática. También son importantes los intercambios entre los gobiernos provinciales; la unificación de declaraciones juradas; y la aplicación de tecnologías de primera, como softwares predictivos, que le dan una herramienta hasta de razonamiento por donde buscar la inconsistencia. De alguna manera, la base de datos que tiene la AFIP es una de las más envidiadas por las estaciones tributarias del mundo, porque tiene una gran cantidad de información que contiene toda la intimidad económica de un contribuyente.Por ejemplo, hoy en día, la AFIP sabe cuándo un contribuyente viaja al exterior, sabe si viaja en primera o económica, sabe cuánto equipaje lleva, sabe a qué colegio manda a los chicos, qué auto tiene, cuánto gasto le representa el vehículo, si tiene casa de verano, expensas, etcétera. De está manera, se pueden ir detectando situaciones inexactas.¿Cuáles son los sectores que más evaden?Hay monotributistas con categorías muy bajas que viajan dos o tres veces al exterior por año. Hay sectores ligados a la actividad ganadera y sectores agrícolas que están siendo radarizados. El fútbol también está en la mira. Hay distintos sectores que están siendo analizados por el organismo fiscal. Pero, hay que considerar que la relación entre el fisco y el contribuyente es una relación de derecho. Esto significa que hay que evitar situaciones arbitrarias.¿Los aumentos en los controles repercuten en la presión fiscal?Cuanta más presión fiscal hay en un país, más alto es el premio para aquel que evade porque, al no pagar los impuestos, tiene un altísimo premio. Es como un círculo vicioso: a mayor presión fiscal mayor evasión. Quizá lo que hay que trabajar en un período, mediano y largo, es cómo se va reduciendo la presión fiscal, para que cada vez existan mayores cumplidores y así bajarle el premio a los que están evadiendo el impuesto. La presión fiscal está íntimamente relacionada a las necesidades del gasto público, pero eso hace que la Argentina no sea competitiva. ¿Qué cuestiones urgentes deberían modificarse o incorporarse en la reforma tributaria?Se está trabajando la reforma tributaria que va a tener distintas etapas. Una primera etapa será curar lo urgente; y un segunda consistirá en reformar todo el sistema tributario. Hay un criterio establecido y es que el enemigo de la competitividad es el impuesto sobre los Ingresos Brutos. Se trata del impuesto de jurisdicción provincial que mayor recaudación genera, pero es distorsivo. Es un impuesto tóxico para la economía porque se cobra en cada una de las etapas, se repotencia en la traslación, y mucho más aún en el precio de lo que le llega al fisco. Es un impuesto que nos quita competitividad. En el 2016 once provincias aumentaron la alícuota de Ingresos Brutos cuando lo que se está pidiendo, desde la doctrina, es que ese impuesto deje de existir.¿Hay otras cuestiones urgentes?El otro impuesto distorsivo, es el impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias, que todos conocen como el impuesto al Cheque. Es tóxico y nocivo. Con su cobro se está, de alguna manera, incentivando la no bancarización por los costos que genera. Tiene como defecto que no mide las capacidades económicas sino las transacciones. También fue considerado abusivo el impuesto de las llamadas retenciones para las exportaciones salvo para la soja, que el Gobierno nacional actual ya eliminó. En cambio, Misiones es la única provincia que cobra Ingresos Brutos a las exportaciones. Creo que es un verdadero disparate, esto le quita competitividad además de que están en contra de todos los libros de textos para tratar de ser competitivos. ¿Estos “disparates” se dan también en los municipios?Y se dan también en los municipio porque hay algunos que cobran tasas por servicios, pero no en función del costo de los servicios sino en función de los ingresos de los contribuyentes. A veces, se cobran tasas sin tener el respaldo o debido nexo territorial.¿Qué opina de la polémica por el Fondo del Conurbano?Hay que resolverla porque no puede ser que un país, con un proceso inflacionario como el nuestro, se ponga un fondo especial con un monto fijo sin considerar ninguna cláusula de ajuste y para una época determinada. Tiene que haber un acuerdo de pacto fiscal de responsabilidad en el gasto de todas las provincias y la Nación en este sentido. ¿Será posible una nueva Ley de Coparticipación?Es necesaria una nueva ley porque estamos incumpliendo un mandato constitucional que venció en el año 1996. Tenemos 21 años de mora y de incumplimiento de la Constitución Nacional.
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