“Si no nos ayudan desde arriba, nos ayudamos entre nosotros”. Con esta premisa, este jueves llegó a la picada El Fisco, en El Soberbio, un equipo de treinta alumnos de las Escuelas provinciales de Educación Técnica (Epet) 39 y 16 para arreglar toda la instalación eléctrica de la Escuela 664, una institución a la que concurren 126 alumnos, muchos de las comunidades mbya de la zona.Fue así porque la directora de la 664, enterada de las labores que los chicos de la Epet 39 hacen en otras escuelas, se acercó hasta la institución y le preguntó al director, Sergio Vallejos, si los chicos podían ayudarlos con los arreglos de algunas cuestiones eléctricas en nueve salones de clases más un baño. “Estuvo muy predispuesto. Además, así los chicos pueden aplicar todo lo aprendido”, destacó a PRIMERA EDICIÓN la directora de la Escuela 664, Nilda Lucía Paredes, más conocida como “doña Lila”. “Juntamos un equipo de alumnos y vinimos hasta El Fisco a interiorizarnos con la situación”, explicó a este Diario el director de la Epet 39, Sergio Vallejos. Luego de visitar la escuelita, los mismos chicos comenzaron con los diseños de los croquis, los planos y armaron un presupuesto que fue entregado a la directora. “Había que hacer de todo, la instalación eléctrica estaba en muy malas condiciones. La directora consiguió los fondos y decidimos venir”, señaló Vallejos. Enterados de la labor práctica y solidaria se sumaron al proyecto cuatro alumnos y un docente de la Epet 16 de Dos de Mayo.Pero El Fisco está lejos de El Soberbio, aproximadamente a 40 kilómetros, por lo que llegar hasta allá no iba a ser tan fácil. Acudieron a la Municipalidad local para que les brinde transporte, pero no pudieron. Cuando parecía que todo se caía, apareció la empresa Prox quien les ofreció un colectivo exclusivo. “Llegamos con 32 alumnos, nos repartimos entre cuatro y cinco chicos por aulas y empezamos. La idea era hacerlo en un día pero no se pudo”, dijo Vallejos.Entonces, los chicos de tercer año se volvieron a El Soberbio el jueves por la noche, pero un grupo de quinto se quedó a dormir en la escuela. Acamparon en un comedor, acompañados por el profesor Alfredo Yunes, que se quedó a hacerles el aguante. El viernes temprano siguieron las tareas de refacción. “Se reacondicionaron las aulas, se cambiaron lámparas, tomas, llaves. No se hizo una instalación nueva pero se reacondicionó lo que estaba mal”, explicó Yunes a PRIMERA EDICIÓN. “Es habitual para nosotros hacer este tipo de proyectos. Siempre intentamos ayudarnos entre las escuelas, suplir las cosas que no cumple el Gobierno. Si no nos ayudan desde arriba, nos ayudamos entre nosotros”, afirmó Yunes. Vallejos se manifestó en la misma línea y señaló que “nos pone un poco tristes ver que la escuela está en estas condiciones y la ironía de tantos recursos desperdiciados en una campaña. Para eso hay combustible, pero para traer a los chicos y ayudar no hay, si no era por Prox no íbamos a poder venir”.Para cerrar, Yunes aseguró que “desde la escuela les queremos enseñar a trabajar y ser solidarios. Ser un buen ser humano y un buen técnico. Una cosa tiene que ir de la mano con la otra”.
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