Dormía plácidamente cuando de pronto tu amor golpeó mi ventana, me levanté temeroso y solo me encontré con tu desvelo que te olvidaste, antes de irte, guardado en un cajón.Era un simple papel en blanco que aguardaba pacientemente aquel momento, que sabría que una de estas noches me atrevería a recorrerlo con mis recuerdos.Es así que nuevamente volví a besarte, acariciarte y hacerte el amor en un poema cargado de ternura. Mientras más te recordaba fluían las palabras como un torrente de sangre en una profunda herida, al frente el reloj inmóvil que parecía también detener las horas, como esperando a que termine de confesar lo que sentía aquella noche.Quizás las palabras en un papel siempre fue la forma más sencilla de demostrarte lo que sentía o quizás nunca supiste interpretar mis besos, mis caricias o una simple mirada, pero ahora no importan esas respuestas porque sin saberlo, tenían fecha de vencimiento mientras creíamos que lo que sentíamos era infinito. Pero la letras, al igual que mi aflicción seguían dando vueltas por la casa y no se detendrían hasta que terminara estas líneas y este desamor que corre por mis venas y en estas noches se manifiesta con toda su furia y desazón. En el desvelo de la noche te recuerdo sin razón, vuelves transformada en un alma sin hogar para recordarme que nunca te tuve. Pero no me preocupo por lo que sucede en este momento porque sé que es una etapa superada solo basta con escribir algunas palabras para que tu recuerdo, que vaga por mi alma, vuelva a dormirse en aquel oscuro cajón. Aunque no te confundas, tus recuerdos no son tristeza, melancolía o ganas de llorar, simplemente es esa reacción que se intensifica en las noches, aprovechando el silencio y la soledad. En lo más profundo sé que fue maravilloso conocerte, serás la luz que alumbre cualquier pasado y la sabiduría por la cual sabré apreciar el amor que vendrá. Incluso extraño esa figura que se aferraba en mis noches al amar. Tampoco soy alguien que resigne fácil su dolor, simplemente algunas veces me doy la oportunidad de ser feliz y no atormentarme por esa sombra que pasa fugazmente sin dejar siquiera alguna señal de tu ausencia.Ahora que lo pienso, no fuimos el amor, sino buenos amantes que no pensábamos en el adiós, pero ves que lo nuestro fue solo un instante, donde tu nombre quedó grabado como un surco en la arena que el viento del olvido lentamente se encargó de borrar, pero aún así te voy a recordar cuando tu olvido me lo dijera. Al final de estas líneas se me escapó otra vez una sonrisa, tal vez porque eso fue lo que necesitaba para recordarte, fue nuevamente ese paso necesario para convencerme de que formás parte de un hermoso pasado, en el cual siempre te querré en él, como una rosa que nunca se marchitará.Sin dudas otras noches volveré a llevarte en mi pluma por ese blanco papel, donde revivirán todos aquellos momentos que forman parte de nuestra historia con más glorias que derrotas y que nadie podrá arrancar de este viejo diario que guarda lo nuestro y que siempre serán contadas para que no tengan un final.Es así que la noche se ha ido, quizás cansada por leer el mismo amor escrito de manera diferente para compartirla en esta oración. PorRaúl Saucedo [email protected]
Discussion about this post