Esa Copa del Mundo se definió en una ronda final de “todos contra todos”, pero el encuentro entre Brasil y Uruguay se convirtió en una “final” entre los mejores de esa última fase.
Ante más de 173 mil espectadores en el estadio Maracaná, un récord histórico de asistencia, el anfitrión era favorito, porque llegaba invicto. De hecho, los principales diarios del país ya tenían impresas sus tapas con la noticia de “¡Brasil Campeón!”.
El primer tiempo terminó cero a cero, y nada más arrancar el complemento los locales abrieron el marcador por medio de Friaca, pero los goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia le dieron vuelta al resultado y otorgaron su segunda Copa del Mundo a los charrúas.
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