Aunque no es frontera seca, los límites entre la localidad misionera de San Antonio con su gemela Santo Antonio Do Sudoeste están igual de difusos que en Bernardo de Irigoyen. El río apenas alcanza para separar Argentina de Brasil. Y eso es ganancia para el ilícito.Ese permeable sector de la frontera misionera volvió a quedar en evidencia en la mañana del último miércoles, cuando autoridades brasileras detectaron y destruyeron 17 pasos ilegales entre Misiones y el estado brasilero de Paraná utilizados por ladrones, contrabandistas y narcotraficantes.Tal como PRIMERA?EDICIÓN informó hace casi un mes, el crimen del brasilero José Morais De Lima (52) -fue atacado a tiros en?San Antonio, cruzó por uno de esos pasos y cayó muerto en el patio de su casa, en?Brasil- fue el detonante de una megaoperación que se llevaba a cabo hasta anoche por parte de efectivos de la Policía Militar y la Policía Federal en aquella zona, a 350 kilómetros de Posadas.Barranca “abajo”Denominada como “Operación Barranca”, el trabajo de los uniformados tuvo como objetivo identificar y destruir las famosas “pinguelas”, como se conoce en la frontera a los pasos de “fabricación casera” que permiten saltar de un país a otro por el río San Antonio, que en aquella urbanización tiene -como mucho- cuatro metros de ancho.En las fotografías difundidas por la propia Policía Militar brasilera y en las tomadas por el diario “O?Paraná” de Cascavel -que acompañan este artículo- se observa cómo las mismas pueden ser tanto de una precariedad absoluta como de una solidez que asombró incluso a los policías brasileros.“La audacia es tanta que en algunos lugares construyeron tirolesas para el transporte de mercaderías de una costa a la otra. Muchos hasta recurren a menores para burlar así las leyes brasileras en caso de ser detenidos en flagrante”, le dijo a “O Paraná” el jefe de la Receita Federal?(Aduana) de Santo Antonio, Luis Antonio Zottis. Las autoridades iniciaron el trabajo en la mañana del último miércoles. Llegaron acompañadas de una máquina retroexcavadora cedida por la Municipalidad de Santo Antonio Do Sudoeste mediante la cual tiraron abajo y retiraron lo que quedó de los pasos ilegales. Fueron, en total, 17 los “puentes” identificados y destruidos.“Cuando no consiguen construir estos puentes, improvisan colocando grandes troncos para facilitar el acceso a Brasil”, apuntó ante el diario brasilero el agente Gildeto Meira, de la Policía Federal, que no se anda con vueltas a la hora de remarcar cómo las mafias de frontera operan directamente desde y hacia la provincia: “Esta operación también sirve para evitar el robo de máquinas agrícolas y motocicletas que son sustraídas en los estados de Paraná y Santa Catarina, en dirección a la provincia de Misiones, en Argentina”.Tal como PRIMERA?EDICIÓN marcó en un informe publicado meses atrás, es sostenido el crecimiento de motocicletas robadas en?Brasil y recuperadas en Misiones. Por las “pinguelas” pasan también armas, municiones, droga y hasta lanzaperfumes, que no son más que aromatizadores de ambiente que vienen en “spray”, a la venta en cualquier supermercado de Argentina pero prohibidos en Brasil debido a que pueden ser utilizados como droga de tipo inhalante. El mismo objeto, de uno y otro lado del estrecho río San Antonio, tiene diferentes connotaciones.En númerosPara las autoridades brasileras, la frontera entre Misiones y Brasil que va desde San Antonio, pasando por Irigoyen, hasta Comandante Andresito, representa un verdadero dolor de cabeza en cuanto a contrabando se refiere.“Percibimos que, en función del aumento del rigor en la fiscalización de las aduanas de Foz de Iguazú y Guairá, las organizaciones internacionales modificaron sus rutas y pasaron a atravesar un mayor volumen de mercaderías ilícitas por esta región, que queda a apenas 60 kilómetros de Paraguay”, apunta Meira. Las autoridades del país vecino calculan que, por la zona, pasan por mes más de cinco millones de pesos en productos ilícitos.Eso explica en buena parte la gravedad de la situación y el silencio que reina en la zona, tal como los periodistas de “O Paraná” pudieron comprobar:?“El equipo intentó conversar con vecinos del barrio Entre Ríos de Santo Antonio Do Sudoeste, cercano a los pasos ilegales, pero, por miedo, nadie quiso hablar”.
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