Señora Directora: Todos los días vivimos situaciones de violencia en nuestro país y pareciera que nos estamos acostumbrando a que esto suceda como si fuera algo normal, permitiendo así el crecimiento de la delincuencia.“¡Mátalo, mátalo!”, le gritaba un motochorro a su cómplice que estaba trenzado en una lucha con la víctima de robo –un hombre al que le habían sustraído una mochila- y que había sufrido un impacto de bala en una pierna.Esto debe ser analizado en profundidad y especialmente valorando la vida de cada ciudadano, que quiere vivir en paz, en un país en orden y con respeto.Los legisladores que tienen un bienestar económico por excelencia, en comparación al resto de la población, deberían hacerse cargo del grave problema de la inseguridad; porque no pueden despreocuparse ante los miles de casos graves de inseguridad que suceden cotidianamente en todo el territorio nacional; porque no fueron elegidos para minimizar los problemas o para poner “palos en la rueda al que gobierna”, por el sólo hecho de ser oposición.Por eso, tienen la obligación moral de modificar el Código Penal lo antes posible y para los casos de criminalidad reiterada o de desprecio a la vida, el o los culpables no deberían dejar nunca más la cárcel, pues sería una manera de disminuir la caótica situación de inseguridad en Argentina.Basta de proteger a quienes no respetan las leyes –con el falso argumento de que son pobres-, que no tienen reparos en disparar con armas de fuego a cualquier persona, que ponen en riesgo la vida de terceros cuando realizan sus atracos.Es hora de tomar medidas serias y ejemplares, de mostrar interés en modificar las leyes que son obsoletas y no cumplen con los cambios de conducta que demuestran los protagonistas en las nuevas maneras de delinquir.Tomemos en cuenta los procedimientos aplicados en otros países del primer mundo, en los que las cámaras filmadoras de seguridad funcionan las 24 horas y garantizan la obtención de datos en los casos necesarios; en los cuales la policía tiene autoridad suficiente para poner límites a quienes tienen intenciones delictivas.
Discussion about this post