Estuvo desaparecida cuatro días hasta que finalmente la Policía logró ubicarla y arrestarla. Se trata de una testigo clave, quien al principio de la investigación aportó datos que orientaron a pistas que finalmente derivaron en la captura de los sospechosos por el brutal homicidio de Pablo Sabino Achingo (58). La joven, quien al cierre de esta edición continuaba declarando ante el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo, tras comparecer iba a recuperar su libertad. Se supo que tiene 16 años. Fuentes del caso indicaron que al parecer, esta adolescente escuchó -por parte de algunos de los presuntos autores y con detalles- el relato de cómo fue perpetrado el crimen. Estas manifestaciones, que ya hizo en sede policial la menor y que anoche ratificaba ante la Justicia, complican la situación de los cinco detenidos en la causa y que continúan tras las rejas. Se trata de una joven de 22 años, presunta “entregadora”, y cuatro hombres de 23, 24, 25 y 30. Vale recordar que todos declararon ante Cardozo, se dijeron inocentes y aseguraron que no se conocen entre sí. Los cinco permanecen imputados por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, que prevé penas de 10 a 25 años de prisión. El gremialista Achingo fue hallado sin vida alrededor de las 6 del miércoles 7 de junio en calles internas del barrio Santa Rita. En la madrugada de ese día, después de jugar al fútbol 5, dejó en casa a un amigo y se encontró con una conocida en Francisco de Haro y Santa Cruz. Esa joven -sería la detenida- lo convenció para que lo acompañara a buscar algunas cosas a otro punto de la ciudad. Se supone que se trata de la vivienda de Santa Cruz y San Martín. Posteriormente la víctima ingresó engañado al lugar y fue sometido a golpes. Fue por ello que idearon un plan para deshacerse del cuerpo: dos de ellos tomaron el Renault Fluence de la víctima y lo incineraron en el Acceso Oeste. Otros dos cargaron a Achingo en el Citroën C-4 y lo llevaron hasta Santa Rita, envuelto en una colcha, sábanas y una toalla. Allí lo abandonaron e intentaron prenderlo fuego. Luego abandonaron el cuerpo en el barrio Santa Rita.
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