Cuando muchos pensaban que su juego había terminado, el deportista “más grande”?de la tierra colorada volvió a las canchas y sigue disfrutando de la “vitamina” que fortalece sus días y lo mantiene en movimiento. Sin embargo, esta vez su juego de altura marca diferencias pero con otras reglas, porque ahora no debe ir a la fricción en la zona pintada, sino que busca desequilibrar con su experiencia y la capacidad de confundir al rival lanzando el balón al lugar preciso.Ernesto “Fino” Gehrmann, el máximo ídolo del deporte de Misiones dejó atrás esos años dorados de básquetbol y ahora disfruta a pleno del vóleibol adaptado, conocido como newcom.Con 72 años sobre el lomo, Finito sigue vigente y lo demuestra en cada entrenamiento, los lunes, miércoles y viernes, en el polideportivo que lleva su nombre.De Primera lo fue a visitar a una de las prácticas y “Fino” nos recibió como “en su casa”.La primera imagen era lógica:?Finito mirando a todos desde arriba y esperando su momento para entrar en juego.“Comencé a jugar hace un año, por invitación de un amigo. Vinimos con Ana (su esposa) y nos llamó la atención a los dos. Después probamos y la verdad que nos enganchamos. Hoy disfrutamos compartiendo este deporte con nuevos amigos y lo recomendamos”, explicó “Gehrmann, mientras sus compañeros seguían las indicaciones del profesor Javier Estrukel.Los años pasan y su idolatría crece, pero “Finito” sigue siendo el mismo, ese que sobresale en la cancha pero que afuera camina con una simpleza increíble.“Estamos mejorando como equipo. Tenemos unas competencias nacionales en los próximos meses y pensamos en cumplir un buen papel”, adelantó.“Me siento bien”Respecto de sus sensaciones en este regreso fuerte al deporte, Finito aseguró que “el cuerpo responde a la perfección” y no tiene dolores. “Yo hace tiempo que voy al gimnasio y por suerte no siento dolores. Volver a jugar me hizo muy bien, porque más allá del deporte uno disfruta del grupo de los amigos y se comparten lindos momentos”, asegura Finito.Sus 2,11 metros de estatura se agrandan aún más cuando levanta los brazos y supera la red, quedando cara a cara con el punto.“Haber jugado al básquet me ayuda a colocar la pelota engañando al rival”, reconoce. Para rematar, sin pegar, tiene que ser detrás de la línea de tres metros, una distancia que para él sigue siendo cercana.Hoy son once los equipos de newcom en Misiones, cuatro de Posadas y los otros de Eldorado, Montecarlo, Jardín América, Santo Pipó y Apóstoles. Una vez al mes se unen y disfrutan de encuentros deportivos.
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