Señora Directora: El 14 de junio varios artistas de Salta convocaron a la Plaza Central a participar de una guitarreada, como un movimiento cultural en reclamo y repudio hacia los organizadores de un gran y reconocido festival “folclórico” realizado en esa provincia, donde los directivos aceptaron a figuras enviadas por “Cultura” de la Nación, como La Bersuit y Alejandro Lerner (no hace falta aclarar los costos y caprichos que requieren para su actuación), sin tener en cuenta a ningún grupo salteño para la cartelera principal.Pues yo me pregunto, ¿cuándo en Misiones habrá algún movimiento similar? En defensa de nuestro patrimonio cultural y de nuestra labor como músicos regionales-folclóricos. En los últimos años los festivales más reconocidos de la provincia (Té, Madera, Caburé, entre tantos otros) tienen colaboración por parte del Gobierno (provincial y nacional) para el contrato de artistas y todos los organizadores caen en la redundancia de contratar grupos de bailanta y, principalmente, grupos brasileños para la animación de sus bailes (ya no festivales). Es entendible: tienen más concurrencia de gente y por lo tanto mayor ganancia, pero ¿qué hay de lo nuestro? ¿Por qué no podemos cambiar la mentalidad y la cultura de las personas para que consuman la música que le es propia? Obvio que contratan a algún que otro grupo misionero, pero los ponen en horarios no privilegiados y por un caché que apenas cubren sus gastos de traslado.La Subsecretaria de Cultura de la Provincia tiene un buen fin: colaborar con la contratación de artistas misioneros para que participen en diversos eventos y festivales provinciales, pero hecha la ley, hecha la trampa. A varios artistas que están en la lista de contratación de Subsecretaria hace varios años que no se les paga las actuaciones ya realizadas: a los festivales los músicos obviamente fueron gratis, o con alguna ayuda para el traslado brindada por los organizadores. Por supuesto, a estos artistas a los que se les debe, ya dejaron de contratarlos o de convocarlos (en mi caso, particularmente, deben actuaciones desde 2013). Sin embargo, hay artistas que bajan del escenario y ya reciben su paga por parte de esta institución. También está el hecho de que lo que importa en realidad es el acto político en sí, no la cultura, mucho menos los artistas.Hay algunos grupos de músicos que velan por los derechos de los artistas, pero también se evocan principalmente a los músicos de Posadas, dejando un poco –bastante- de lado a los del interior.Y yo me vuelvo a preguntar: ¿cuándo se tomará en serio nuestra cultura y a nuestros difusores culturales? De convocarnos a los pequeños, pero también a los grandes festivales, de brindarnos un espacio central, y un lapso de tiempo importante en el escenario. Concluyendo, ¡cuánta falta hace que todos los artistas misioneros nos apoyemos mutuamente y luchemos por el espacio y el respeto que merecemos!
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