Bajo el título <a href="http://www.lanacion.com.ar/2027190-un-oasis-urbano-con-aire-de-misiones">"Un oasis urbano, con aire de Misiones", el matutino porteño</a> refleja en su página web las obras de tres artistas originarios de nuestra provincia que se exhiben en estos días en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Viena (Austria).Según dicho informe, se trata de "obras realizadas en diversos soportes que comparten una evidente nostalgia por la naturaleza"."Pasa ante mí el silencio es el nombre del conjunto de trabajos que Mónica Millán (San Ignacio, 1960) expone hasta el jueves próximo en la galería Vasari de Buenos Aires. Son textiles que conjugan telas usadas por familias sin pretensiones sociales, con sus propios bordados.Andrés Paredes (Apóstoles, 1979), por su parte, es autor de las dos mariposas enormes caladas en acero que se elevan sobre los miles de peatones que circulan a diario por la calle Florida. Como publicó en su momento PRIMERA EDICIÓN, fueron emplazadas en 2015 y su autor las realizó en Misiones.Además, la semana pasada Paredes presentó en la galería Ungallery dos instalaciones: "Mutatis mutandis & Memento mori", expresiones latinas que pueden leerse como "cambiando lo que se debía cambiar" y "recuerda que morirás". La muestra se inspira en "las hibridaciones que plantean la posibilidad de redefinición a la que aspira todo ser humano; las libélulas, mariposas y cigarras pasan por grandes transformaciones para seguir viviendo", dice el artista.Ignacio de Lucca (Apóstoles, 1960) es el tercer protagonista de esta nota. Es que los pasajeros que llegan a la estación Leandro N. Alem de la línea B del subterráneo de Buenos Aires tienen la oportunidad de apreciar los murales que el misionero creó especialmente. Sobre el hall de acceso a los andenes y en las paredes se puede apreciar la peculiar visión que tiene el artista de la selva misionera.No conforme con su proyección nacional, De Lucca inauguró días atrás en la galería Osme de Viena (Austria) la muestra Natura Phenomena. Exhibe allí paisajes que parecen días de tormenta tropical, una danza de colores que se exaltan con torbellinos imaginarios, y otros que transmiten la sensación de quien mira hacia lo alto de la selva y se topa con el sol del mediodía.Afirma el artista que en esta serie no muestra tanto "la naturaleza observada y la selva intrincada", sino que intenta "construir un relato que siempre está ligado con la subjetividad, diluir los límites entre lo interno personal y lo externo de la naturaleza".Fuente y Fotos: diario La Nación
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