Córdoba tiene tantos productos regionales que es muy difícil saber qué probar primero. Alfajores, cabritos y chacinados, queso de cabra, hierbas silvestres, dulces orgánicos y asado son solo algunas de las tentadoras propuestas de la mediterránea provincia.En un paisaje serrano de belleza calma, a la vera de ríos de aguas transparentes y en el marco de estancias con historia, el paladar de los viajeros no tiene descanso porque la diversidad cultural de la provincia se refleja en cada ingrediente.El desayuno comienza con el clásico mate, con el toque particular de las hierbas aromáticas que le agregan el gustito a peperina. Las colaciones de dulce de leche o un poco de fruta acompañan la mañana como un regalo energizante. Los amantes de lo dulce encuentran en Traslasierra emprendimientos que elaboran mermeladas, conservas y otros productos orgánicos. En Mina Clavero, Villa Dolores y otras villas cercanas se siembran y cosechan estas plantas e incluso algunas, como el orégano y la peperina, se reproducen de manera natural. En San Javier, una bodega recibe visitantes dando a degustar vinos producidos sin químicos ni conservantes. Cerca del mediodía es tiempo de la picada, que siempre llega con buenas dosis de humor. La ceremonia de cortar los quesos y embutidos es sagrada y va de la mano de un buen vino de elaboración artesanal. Mientras se troza en tajadas un pan casero calentito que acaba de salir del horno, el aroma del carbón recién encendido anuncia que se viene un típico asado criollo. Cada asador tiene su técnica, pero en algo coinciden todos: no hay nada como la carne argentina. Y en Córdoba en particular no falta el cabrito y el asado con cuero. La sobremesa se extiende entre risas y al finalizar ese ritual entre las sierras es tiempo de una siesta a la sombra de un árbol añejo. Cada cosa tiene su momento, y es así que cuando cae el sol alguien destapa y ofrece una cerveza artesanal bien fresca con el maní típico de la zona. Al caer la noche, no faltará el amigo que invite un fernet, aperitivo definitivamente cordobés, como previa a la salida a una típica peña, donde las empanadas criollas tienen un sabor especial. Es demasiado para comer en un solo día, ¡así que habrá que quedarse unos cuantos!ExquisitezHay algo en particular que diferencia a Córdoba del resto de las provincias y seguramente: sus alfajores. Tienen la particularidad de estar rellenos de dulce de frutas o dulce de leche, y estar recubiertos con una capa de glasé. Irresistibles hasta para los más exigentes.Vino, quesos y embutidosLa clásica picada es sin dudas la favorita de muchos comensales, que disfrutan de acompañarla de un buen y artesanal vino tinto.CabritoEl cabrito cordobés es una de las joyas de la gastronomía regional, ya que en la zona de las salinas, los animales son criados en granjas donde se alimentan de hierbas aromáticas, lo que da una terneza y sabor especial a la carne.CLASICOSManjares artesanalesHay productos específicos que se degustan incluso en el mismo lugar en donde nacen. Por ejemplo, son famosos los quesos y embutidos de Colonia Caroya, se dice que las mejores parrillas están en Jesús María junto a vinos artesanales de la región y las sierras, y que la cerveza artesanal se degusta en Villa General Belgrano, como otras especialidades de la cocina centroeuropea en Calamuchita. Al norte de la provincia, en Quilino y Deán Funes se crían los mejores cabritos, mientras que hacia el sur se encuentran las grandes plantaciones de maní. La nutria y el pejerrey constituyen la base de las mejores ofertas gastronómicas de la región de Mar Chiquita y en la Capital los visitantes descubren sabores vanguardistas, bohemios, cocina de autor, criolla y regional, más excelentes ofertas de cocina internacional.
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