Un conflicto de vieja data entre Carlos C. (37) y su hijastro Jorge C.D.S. (23) derivó en un episodio que pudo terminar en tragedia este jueves al mediodía de no haber sido porque el primero de ellos tuvo ocasión de llamar a la Policía tras ser amenazado de muerte por el joven.Al enterarse que el agresor fue a una estación de servicios a comprar combustible y que se dirigía hacia la casa en la que ambos convivían, el hombre dio el alerta y los efectivos de las comisarías Primera y de la Mujer de Dos de Mayo fueron hasta la vivienda ubicada sobre la calle Corrientes de ese municipio.Avalados por el dueño del inmueble, los uniformados ingresaron y redujeron al alterado joven, quien -sin atender a razones- manipulaba un bidón con nafta.Ahora el violento deberá comparecer ante el juzgado de turno por una causa caratulada como "amenaza e incendio en grado de tentativa".
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