La costanera, la playa El Brete, la de Miguel Lanús y el solárium del Mártires son los espacios más elegidos por los vecinos para actividades de recreación y deportes casi todos los días, en todas las estaciones del año. Por este motivo la limpieza y el mantenimiento de la arena, tierra y aguas debe realizarse continuamente para evitar daños a la salud de las personas.PRIMERA EDICIÓN dialogó con Nicolás Eizmendi, director de Deportes Acuáticos, Balnearios y Costanera del municipio quien aseguró que “en las playas de Posadas en temporada de verano es donde se vive una mayor concurrencia y trabajo por parte de los equipos municipales en su limpieza, actividades al aire libre campañas de concientización y seguridad pública en conjunto con la policía. Pero son acciones que se continúan a lo largo del año”.En este sentido la Comuna capitalina desarrolló acciones para incentivar en los vecinos el cuidado ambiental, no arrojar basuras en lugares públicos y evitar llevar a los perros a las zonas de playas. Una arena limpia libre de desechos protege a los niños y adultos de afecciones provocadas con la contaminación del agua y el suelo además de que podría significar un mayor atractivo para los turistas que llegan a la ciudad. “Antes de cada habilitación por temporada generalmente realizamos un refulado, se renueva la arena en las playas de ser necesario ya que el agua se la va llevando, eso se hace aproximadamente en octubre, en la última ocasión corrió por cuenta del Municipio. Es un trabajo hecho con todo un equipo que incluye la recolección de basura y material sólido de la superficie con un mantenimiento constante para mantener las arenas limpias. En los espacios donde hay actividades como en las playas que son muy concurridas y donde las personas se meten al agua es muy importante generar un sostenimiento tanto de la limpieza del agua como de los alrededores por lo cual trabajamos en conjunto con la Secretaría de Educación en campañas de prevención durante la temporada”, explicó Eizmendi. Incentivar la limpiezaSobre el tema “la patrulla ambiental busca la sensibilización y la toma de conciencia sobre la importancia de la recolección de residuos por lo cual en la temporada de verano vamos a las playas y presentamos la campaña de cuidado ambiental que invita a los vecinos a colaborar con la limpieza”, así lo dijo Tatiana Benítez de la Dirección de Cuidado Ambiental dependiente de la Secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología. “Se incentiva a los posadeños a tener un cuidado en los sectores urbanizados y siempre hay algunos reclamos por el tema de los perros, tratamos de recordarles la responsabilidad con sus animales, no pueden llevarlos a las playas y las personas en varios puntos de la ciudad no llevan las bolsitas según lo establece la ordenanza de la Tenencia Responsable. Esto es un trabajo en conjunto con la ciudadanía que debe entender que así como tienen derechos también hay obligaciones que responder en lo que respecta a sus mascotas, por lo que deben recolectar sus desechos”, agregó. Arena contaminada Bolsas de plástico, botellas, vidrios rotos, tapas de gaseosas, colillas de cigarrillos y excremento de perro o gato, “son agentes contaminantes, elementos que pueden quedar depositados en los sedimentos por largos períodos de tiempo”. Estos pueden ocasionar focos de dengue acompañados además de bacterias y parásitos que en contacto con la piel o la boca pasan a los humanos y llegan a provocar dolores e incluso pérdida de la visión. Por este motivo “la colaboración ciudadana es una parte importante de las playas y plazas limpias”.Secuelas de la basuraCon respecto a las consecuencias que pueden acarrear el contacto con la basura depositada en lugares públicos como la arena de las playas, “los niños son los más vulnerables” al jugar en el suelo y llevarse la mano a la boca. En el excremento de perro “existen parásitos que se encuentran en la caca de gatos y perros que pueden pasarse a los hombres” sin embargo las personas “continúan llevándolos a la costanera y al Brete y no juntan sus desechos”, aseguró el médico veterinario Ricardo Pablo Luzuriaga. Las colillas de cigarrillos son altamente contaminantes y al ser arrastradas por el agua en su descomposición genera sustancias tóxicas como arsénico, nicotina, niquel, que quedan en el agua y pueden ingresar en las personas a través de los ojos o la boca y provocar afecciones que van desde irritaciones, gastroenteritis, diarreas o cólera. Los recipientes como tapas de botellas pueden juntar agua y convertirse en criaderos de Aedes aegypti.
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