Alberto Barros recordó que <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/243304/posadas-el-28_por_ciento-de-las-personas-es-pobre-y-el-5-3-indigente.html">los datos divulgados por el Indec</a> son coincidentes con lo observado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentado a principios de este mes, según el cual la pobreza subió al 33% el año pasado. “La tasa de pobreza ascendió a 32,9% en el tercer trimestre de 2016, lo cual significaría un aumento de 1,5 millones de nuevos pobres (cerca de 13 millones de personas por debajo de la línea de pobreza)”, difundió la UCA, que tomó en cuenta los datos recogidos hasta septiembre del año pasado en comparación al 2015.“Es un escándalo que en Argentina, un país con tantas posibilidades y riquezas tenga un tercio de la población pobre.?Es muy grave y nos involucra a todos como sociedad, ya sea el sector político, empresarial, sindicatos, trabajadores, todos somos responsables de esos números”, dijo Barros, quien destacó que se vuelvan a dar los datos sociales, después de tanto tiempo sin ser divulgados, aunque “esto no resuelve el problema, sí es esperanzador que se trabaje en la materia”. El sacerdote explicó que “hay que trabajar en una educación de calidad, en la generación de empleo, la pobreza no es solo ingresos económicos, porque una persona puede ganar más de 13 mil pesos, pero no tiene acceso a servicios básicos. Hay que ver la dimensión social en su totalidad y ver cómo se solucionan la falta de agua potable, viviendas, salud, para no contar con este déficit en el futuro”. Agregó que “estamos pasando un momento difícil, es innegable por eso sueño con un gran acuerdo del sector político para pensar en un país mejor, para salir de las dificultades. Es doloroso ver a personas que la están pasando mal, es increíble como viven las familias en los asentamientos, sobre todo ver a los niños, es terrible que la mitad de los pobres sean niños o ancianos, las personas que más están en vulnerabilidad”. “Se busca trabajar y eso es esperanzador, sobre todo que empiece en una curva descendente, pero no deja de ser gravísimo y duro ver a adultos mayores o con alguna discapacidad sufrir la pobreza, rozando la marginalidad”, manifestó el sacerdote. “La pobreza es un cruz muy pesada, que duele y que tenemos que aprender a llevarla entre todos”, finalizó Barros.
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