El país vivió ayer, con distintas actividades, que se replicaron también en la provincia, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en conmemoración al aniversario del golpe cívico-eclesiástico-militar de 1976 y que recuerda a los muertos y desaparecidos civiles. PRIMERA EDICIÓN se hizo eco de esta fecha en el testimonio de tres grandes artistas de la tierra colorada, Bernardo Neumann, Jorge “Tano” Fiorio y Buki Rosa.Los tres, de alguna forma, cada cual con su historia sobre sus hombros, coincidieron en la necesidad de apostar a una sociedad más tolerante, recordando el pasado, pero apostando al futuro.En este contexto, el pintor contó a este Diario que en 1976 “tenía 23 años y, para comenzar, el sencillo hecho de ser joven y estudiante era una cuestión que se podría considerar sospechosa, más aún que, por una situación económica muy lamentable, alquilaba con otras trece personas una casa, que llamábamos residencia universitaria, en la calle Entre Ríos 440, donde si bien nunca se desarrolló una actividad política partidaria, lógicamente al haber tanta cantidad de estudiantes reunidos era un objetivo por parte de las fuerzas militares, tal es así también que si mal no recuerdo, el día 18 de abril de ese mismo año todos fuimos detenidos”.Si bien “en lo personal no me sucedió nada, más allá del trato rudo, típico de lo militar, de la prepotencia, que era lo que imperaba en ese momento, lo que viví fue muy feo, me impactó mucho también en mi carácter”, confió y recordó una situación que dejó una huella importante en su vida fue cuando descubrió que personas que formaban parte del “equipo de tareas” muy allegadas se convertían en profundos desconocidos cuando vestían el uniforme, con esto me “trastocaron todos los valores, tal es así que en el arte me impactó mucho, me volqué mucho más al surrealismo, principalmente porque para mí la realidad que viví era totalmente ilógica, algo que ni en sueños me podía parecer”.Lejos de calmarse la situación, al “tiempo tuvimos la desaparición de un integrante de la casa universitaria, de quien sabía que era peronista, pero no me imaginaba que abrazar una filosofía, una ideología peronista o la que fuere era motivo de desaparición, estuvo detenido siete u ocho años y gracias a Dios lo recuperamos”, apuntó.“Fueron momentos muy duros de mi existencia, pero era lógico que esto sucediera dado el caos imperante de la sociedad en ese momento, caminar por la calle antes del golpe de Estado también era muy inseguro, en cualquier momento podía estallar alguna bomba. No nos olvidemos de hechos como cuando ametrallaron la casa de los Urrutia, por calle Córdoba, escuchamos el tableteo de los balazos esa noche desde la casa en que estábamos. También se había colocado una bomba en una entidad bancaria unos días antes. Era muy evidente que en algún momento iba a pasar algo, una situación muy similar a la que estamos viviendo, caótica, sin una democracia en la cual se permita el diálogo para el consenso o la negociación”, comparó Neumann.Y subrayó que no puede olvidar en día en que “Norma López Rega vino a regalar cosas, en el Cine Español y nosotros, la casa universitaria, fuimos beneficiados con una heladera; ese facilismo, ese populismo total era lógico que en algún momento se iba a terminar e iba a aparecer el caos, lo lamentable es que fue cortado de una manera tan radical, tan fuerte. Ese día 24 me desperté tipo 1 con el Himno Nacional Argentino y el comunicado número 1 de la junta de comandantes. Se me heló la sangre”.Con “todo ese desorden, ese caos que se vivía en ese momento era previsible que iba a pasar, no lo imaginé porque nunca había vivido un Golpe de Estado, después del cual el transitar por las calles de Posadas era muy dramático, era estar constantemente con represiones, grupos de tareas que en cualquier lugar te paraban” dijo y añadió que “estudiaba en el Montoya y tengo entendido que era el menos comprometido en esa situación, pero por contrapartida estaba con un grupo que alquilábamos una casa e iba al comedor universitario, porque no tenía para comer”.“En el arte eso me impactó, abracé con mucha más fuerza el surrealismo porque quería expresar a través de esa pintura esa cosa ilógica, irreal, irracional que estábamos viviendo, las racias, la desaparición de personas, ver cómo actuaba la fuerza pública, los operativos comando que rodeaban una manzana y veías como sacaban a la gente a las patadas, sin importar si era hombre, mujer, niño y los subían al celular, era dramático y eso trataba de representar a través de mis pinturas”, confesó.E hizo hincapié en la necesidad dejar a un lado las ideologías tan obstinadas y apostar a un país más pacífico.Desde el interior de la provinciaEl músico Jorge “Tano” Fiorio evocó que cursaba el último año del colegio secundario en la Escuela Normal Superior 2 de Montecarlo, intervenida entonces por su condición ideológica y la formación a sus alumnos.“Terminé mi secundario en 1976 con una intervención militar dentro del colegio, con compañeros que sufrieron la persecución y nosotros también por lo que significa tener metido un interventor”, que dejó cesante no solo al director, sino también a su mamá, una gran luchadora por la educación en el pueblo.“Vivíamos con terror porque no sabíamos muy bien qué nos podía suceder, no se podía hablar de absolutamente nada y así nos fue con este tipo de pensamientos, evidentemente todo esto viene de la mano de un montón de desaciertos y desasosiegos que se cometieron dentro de la sociedad y concluimos en eso”, reconoció y remarcó que “comparto plenamente lo que dice Estela de Carlotto, nunca se condenó el bombardeo de Plaza de Mayo de 1955 y nunca se condenó la Revolución Libertadora con todas las persecuciones que se hicieron, y encima después se hace una coma en la historia, viene la más brutal y terrible dictadura militar en la República Argentina con lo que todos conocemos”.“Nuestra sociedad tiene que hacer un mea culpa muy profundo de todo lo que tiene que ver con eso y estas cuestiones de fanatismos de un lado y del otro, que si no estás con el que está gobernando no estás con el partido que te ayuda. Creo que la sociedad tiene que mirar para adelante, la memoria es fundamental, pero no podemos quedarnos atados al pasado, los gobiernos también se deben un mea culpa muy profundo”, finalizó.Con otra perspectiva El director de teatro y actor Buki Rosa, relató que “tuve una experiencia muy fea en esa época, prácticamente a finales, trabajaba en Aduana, y los militares cruzaban de aquí para allá, de allá para acá, teníamos prohibido anotar la salida de los vehículos y en su momento me indign&eacut
e;, me parecía injusto, en aquel momento recién aparecían las videocaseteras, los equipos de música y Martínez de Hoz había derogado el régimen de equipaje, por eso cuando venía un tabacalero, un chacarero del interior, con ropita para sus hijos nosotros teníamos que cobrarle impuestos, mientras que cuando estas personas cruzaban nosotros teníamos que mirar para un costado”.“Le comenté a mi jefe que me parecía injusto y al día siguiente me vino a buscar un agente del Side, me acusaron de que pasaba información a la subversión, me prohibieron entrar al puerto, me trasladaron a Santo Tomé, pasé tres días detenido, no me torturaron, debo ser sincero con ello, pero por supuesto hubo un interrogatorio muy extenso”, mencionó. En una oportunidad un amigo que estaba en contacto con la gente del Side le advirtió, con una señal con el dedo en vertical, que ya tenía esa línea, que se deje de “joder porque tendría la otra” y le mostró una cruz.“Fue una época muy fea, entré en crisis con mi matrimonio, creo que todavía tengo guardado un documento por el cual me acusaban de pasar información, me relacionaban con tres personas que estaban en la subversión o ponele otro adjetivo, para mí eran militantes”, apuntó. “Me sentí muy mal, después me enteré por otra persona que fue al puerto en aquel momento a hablar conmigo, cuando tuve oportunidad de viajar a Europa, quién me había denunciado y que aquella conversación que tuvimos en su auto, luego que intercediera por mí ante el jefe de la Side, estuvo grabada y, de acuerdo a lo que conversamos, él se dio cuenta que lo mío era una quijotada, un idealismo, etc, porque nunca milité, pero la pasé mal, psicológicamente hablando”, finalizó.
Discussion about this post