Unos veinte kilómetros al sur de Andresito, por la ruta provincial 101, se resguarda un remanente del amenazado Bosque Atlántico en la que se denominó Bio-Reserva Karadya, un área de aproximadamente 1.500 hectáreas, ubicada dentro del Corredor Biológico Urugua-í Foerster que conecta los Parques Provinciales Urugua-í y H. Foerster, favoreciendo el tránsito de animales entre ellos. Karadya es fundamental para garantizar la continuidad y conectividad de este corredor, protegiendo y restaurando zonas de bosque primario estratégicamente ubicadas. Actualmente en la zona se observan aproximadamente cuarenta especies de mamíferos y más de 300 especies de aves, muchas con amenaza de extinción, por lo que en 2010 se la declaró Área Importante para la Conservación de las Aves (Aica). El 80% de la Bio-Reserva está cubierto por un hermoso bosque primario muy bien conservado, pero además existen otros ambientes, donde durante épocas pasadas se establecieron parcelas agrícolas o ganaderas, que actualmente reflejan la vegetación típica de distintas etapas de la sucesión natural de la Selva Paranaense. Por ello, Karadya cuenta con una red de senderos diseñada para poder disfrutar al máximo de todos estos espacios. Además, se desarrolla una serie de proyectos de investigación enfocados en la conservación, restauración y el estudio algunas especies de particular interés, que llevan a cabo biólogos experimentados en diversas disciplinas y que apuntan a generar información clave para la conservación de las especies de la Selva Paranaense. Senderismo y avistajeEn la Bio-Reserva existen seis senderos de distinta dificultad y longitud para realizar caminatas, creados con el fin de maximizar los avistajes de fauna nativa y mostrar las distintas etapas de la sucesión natural de la Selva Paranaense.Los mismos se pueden recorrer e interpretar con la ayuda de un folleto que contiene mapas y actividades de indagación o, si lo prefieren, en compañía de un guía especializado. Dentro de la Bio-Reserva existen diversas asociaciones vegetales que conforman hábitats esencialmente diferentes. En las zonas que sufrieron poca o ninguna explotación previa, el turista se encuentra con una selva primaria, caracterizada por la presencia de ejemplares centenarios de Palo Rosa, Guatambú, Guaraniná, Ibapoy, Alecrín, Ceibo e Incienso, entre otros. Estas selvas presentan un sotobosque abierto y sombreado y una elevada densidad de Palmito (Euterpe edulis). Los numerosos estratos de este remanente de bosque primario se encuentran colonizados por decenas de especies de orquídeas.También existen diferentes ambientes que derivan de áreas antiguamente explotadas y que en la actualidad se encuentran en proceso de recuperación. Uno de estos ambientes se presenta como un bosque secundario bajo, dominado por especies arbóreas heliófilas (amantes del sol) como el Palo pólvora, Fumo bravo y Loro blanco. Algunas zonas en recuperación presentan una cobertura espesa de Chusquea ramosissima, una caña nativa que forma grandes parches monoespecíficos conocidos como cañaveral o “yaboral”.En los bordes de arroyos se desarrollan varias especies de myrtaceas, árboles frutales nativos de la selva misionera, como la Pitanga, Cerell y el Guaporetí, que producen frutas de exquisito sabor que pueden ser utilizadas para la elaboración de dulces artesanales.Para que el turista disfrute al máximo de toda la energía que resguarda la tierra colorada en este rincón, se instaló un hostel, diseñado para alojar a aquellas personas que desean permanecer en la reserva y disfrutar de sus atractivos y actividades de forma independiente y rústica. La construcción del edificio se realizó reacondicionando la vivienda de los antiguos moradores, empleando materiales y mano de obra local, con capacidad de quince pasajeros, distribuidos en una habitación matrimonial, una triple, una cuádruple y una séxtuple. Cuenta con una cocina de uso común, lavadero, sala de lectura y un comedor externo cubierto. Posee dos áreas de picnic, una de las cuales se encuentra sobre un pequeño arroyo en el que se forma un estanque natural desde donde se puede acceder a toda la red de senderos de la Bio-Reserva.AccesosPor la ruta 101 el acceso es extremadamente sencillo. Desde Puerto Iguazú existen dos caminos, uno de ellos por camino de tierra, cruzando el Parque Iguazú (80 km). El otro se encuentra asfaltado, comprendiendo la ruta 12 y luego 19 (150 km).
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