Confirmado el “boletazo” decretado a favor del Grupo Z, empezaron a llover las críticas, no tanto al porcentaje de suba sino más que nada a los beneficios económicos que recibe la empresa a pesar de seguir sin cumplir con las innumerables quejas de los usuarios. El rechazo fue generalizado, los usuarios no aceptaron el incremento del 18% en un servicio utilizado en su mayoría por trabajadores de bajos recursos económicos. Destinar más dinero para engrosar las arcas del Grupo Z despertó la ira de estos. Varios referentes de organizaciones sociales se sumaron a las críticas a la empresa y argumentaron que “antes de darles un aumento, hay que exigir que cumplan con todas las promesas que hacen todos los años y que están pendientes a pesar de los reclamos”. Uno de los principales canales de comunicación de este tiempo son las redes sociales, por eso solo minutos después que se publicara la información de la suba del boleto de colectivo, comenzaron a aparecer escritos criticando el “muy mal servicio” que brinda el monopolio en el área metropolitana (Posadas, Garupá y Candelaria). Las falencias en el servicio son muchísimas, pero “sobre todo falta control, noto que la empresa se maneja como quiere, no cumple con las mínimas exigencias que presentamos como usuarios. El que utiliza el colectivo como medio de transporte diario reconocerá la incomodidad que tenemos como pasajeros, las unidades no cuentan con pasamanos seguros, la máquina del cobro electrónico está mal ubicada, ya que debe estar detrás del chofer y a una altura media para no tener que hacer movimientos bruscos”, opinó el dirigente de Acción Vecinal, Luis Gilardoni. Señaló que en “la audiencia solicité que si iban a subir el costo del boleto, al menos que lo hagan con coherencia, pero que exijan a la empresa que mejoren el servicio, porque hay miles de falencias que deben ser solucionadas de inmediato, en especial los recorridos y las pocas frecuencias en horario nocturno. Hay líneas que no entran a barrios periféricos después de las 22 y muchos usuarios tienen que caminar largos kilómetros”. Gilardoni recordó que desde Acción Vecinal se realizaron dos presentaciones puntuales, una fue la instalación de carteles indicadores de los horarios de las líneas y sus recorridos, detallando los barrios por donde circular. Y además un 0800 para quejas de los usuarios, en este sentido dijo que “se puede hacer a través de la Defensoría del Pueblo porque cuenta con una caja y además es el ente de defensa que tenemos en Posadas”.Por su parte, la dirigente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Mónica Gurina, indicó que es una barbaridad que sigan dando aumentos a una empresa que “brinda un servicio muy malo, cada día recibimos reclamos de los trabajadores que deben viajar prácticamente colgados, o que perdieron el presentismo en sus salarios porque no llegaron a horario ya que el colectivo estaba retrasado”. Gurina afirmó que “es una queja generalizada porque sube el pasaje, pero no los salarios. Entonces, si tomamos en cuenta el valor del boleto único con la Sube ($8,55), un trabajador deberá invertir casi 700 pesos para concurrir a sus puestos laborales. Ni hablar de los montos si todas las personas de un hogar son laburantes como ocurre en casi todas las familias misioneras y usan el transporte urbano”. También reclamó más control “las autoridades dijeron que con la tarjeta Sube se iban a blanquear los números de usuarios que utilizan el transporte, y con eso analizar la necesidad de un incremento. Pero la realidad indica que nadie sabe cuánto dinero le ingresa al monopolio por este sistema, ni por aportes del Estado”. Aumento desmedidoEl concejal de la Unión Cívica Radical (UCR), Ariel Pianesi, estimó que “el 18% es un aumento desmedido e inapropiado y que la clave es conocer los detalles de la resolución, porque es fundamental que se les hayan hecho exigencias a la empresa prestataria para que mejoren el servicio que brindan y que ejecuten los compromisos asumidos”. Pianesi dijo: “Hay varios temas que se incumplieron, por ejemplo la estación de transferencia, las rampas en las unidades, los nuevos refugios que nunca se instalaron, las unidades con aire acondicionados y cortinas”. “Si el aumento se otorgó en base a nada es un error y es inaceptable”, sentenció. “El principal problema es que no transparentan los números, no sabemos cuál es el costo de la tarifa técnica, cuánto recibe la empresa de subsidios, con la implementación de la tarjeta todo eso debe estar blanqueado, entonces no hay motivos para no mostrar los datos estadísticos”, cerró el edil.
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