Señora Directora: Desde hace unos años se vienen dando cambios, puntualmente en el ámbito de nuestra pequeña, pero a la vez gran provincia, dada la variedad de especies que nos regala la naturaleza con su fauna, su flora y la espectacularidad de la maravillas del mundo: las Cataratas del Iguazú que acompañadas de un sinnúmero de saltos escondidos en áreas de exuberante vegetación, también nos deleitan con su belleza incomparable como por ejemplo los Saltos del Moconá.Pero quienes han sido y los que siguen siendo responsables del cuidado de esa inmensa riqueza natural, no han sabido hasta ahora comprender que se debe limitar –a través de un programa detenidamente elaborado-, un espacio de protección y que se destaque como Parque de la Fauna Misionera, abarcando obviamente las zonas selváticas que deben ser custodiadas para evitar la caza furtiva y el apeo ilegal de las especies arbóreas nativas que, a pesar de la prohibición, continúan como si nada.Este Parque se justifica dadas las reiteradas apariciones de animales salvajes (como el puma hace pocos días) que ponen en peligro la integridad física de las personas que visitan la región turística y tenerlos encerrados en espacios pequeños no es la solución. A la vez, debe contemplarse la crianza de animales domésticos (cerdos, aves de corral, etc.) que servirán para alimentar a los animales del Parque, cuya extensión aumentará progresivamente una vez que se consiga donaciones y apoyo de Fundaciones internacionales ya conocidas por su colaboración.Se sabe que dicho proyecto llevará varios años para su construcción, pero debería comenzarse en lugares donde hay tránsito vehicular para evitar el atropellamiento de animales y copiar el sistema que han implementado otros países cuidando su fauna y luchando contra la extinción de especies.Todavía hay muchas personas –cazadores furtivos- que no respetan ni valoran a los animales autóctonos y creen que lo mejor es eliminarlos, violando las normas vigentes.Por otro lado, están nuestros aborígenes que necesitan un espacio delimitado y el respaldo de personas preparadas para ello, que entiendan el idioma guaraní y que los ayuden en todos los aspectos necesarios para que los mismos no abandonen las zonas boscosas en las que siempre vivieron.Porque ellos necesitan asistencia permanente y el apoyo de personas responsables, que representen al gobierno, así con seguridad entenderán que su lugar es el de siempre: su hábitat, el monte. No sirve que pretendan llevarlos por el camino de la moda, porque ellos tienen sus costumbres que no deben perderse.Pregunto: ¿los que integramos "nuestra sociedad", supuestamente superior a ellos, estaríamos de acuerdo que nos pongan atuendos aborígenes y que vivamos rústicamente como a ellos les resulta cómodo, siendo así felices?Ahora bien, de que ahora aparezcan de pronto en la ciudad es porque el o los responsables no se identifican con la tarea encomendada y hasta, quizás, disfrutan de una buena vida, gracias al manejo del dinero asignado a los aborígenes.Creo que no estamos en condiciones culturales para hacernos dueños de otras costumbres, cuyos integrantes nos miran de una manera extraña, porque no entienden el porqué de lo que les está pasando, por nuestra apatía hacia ellos. Quizás son otros los motivos que llevan al comportamiento desconsiderado de nuestra sociedad hacia quienes son los legítimos dueños de estas tierras.Reflexión: "Los países más avanzados están conduciendo al mundo al desastre, mientras que los pueblos hasta ahora considerados primitivos, están tratando de salvar el planeta entero. Y a menos que los países ricos aprendan de los indígenas o aborígenes, estaremos condenados todos a la destrucción".
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