Ben Stern tiene 95 años. Cuando era pequeño fue arrancado de su hogar en Polonia y vive en Estados Unidos, a donde logró huir para salvar su vida. Stern encontró el antídoto para sanar las heridas del pasado, heridas que le dejó el Holocausto, y para ello decidió abrir su hogar a una joven descendiente de los nazis.El anciano comparte su casa con Lea Heitfeld, una estudiante de posgrado alemana de 31 años, cuyos abuelos eran miembros activos y no arrepentidos del Partido Nacionalsocialista.Lea discrepa mucho de la ideología de sus abuelos, sin embargo, en vez de alejarse de la historia familiar, la utilizó para aprender sobre los judíos y educar a otros acerca de su religión y sobre lo que sufrieron durante el Holocausto. De hecho, está haciendo su maestría en estudios judíos.Lea y Ben comen y miran juntos la televisión, además comparten largas charlas sobre la historia y los acontecimientos actuales.Incluso, el semestre pasado, Ben, quien nunca fue a la escuela secundaria o la universidad, asistió de oyente a una clase de ella. Caminaron juntos por el campus.El padecimiento de BenStern fue un adolescente cuando los nazis se hicieron cargo de su pequeña ciudad polaca. Sobrevivió a la vida en el gueto de Varsovia, nueve campos de concentración, el de Auschwitz, entre ellos, y la marcha de la muerte de Buchenwald.Cuando fueron liberados, Ben fue en busca de su familia, pero no encontró a nadie.En un campo de prisioneros conoció a su esposa Helen, y la joven pareja hizo su camino a Estados Unidos con nada más que un sueño para una nueva vida. Él no tenía educación, ni dinero y no sabía hablar inglés. Pero tenía su vida."Volví a nacer. No he olvidado lo que me pasó, pero yo estaba decidido a reconstruir la familia que había perdido y hacer declaraciones sobre el dolor y las pérdidas que muchas personas dieron su vida por ninguna razón sólo porque eran odiados a causa de su religión en particular", dijo Stern.Contó que, encontraron “una mezcla de religiones y nos abrieron las puertas, hoy estoy agradecido por la oportunidad de disfrutar de la libertad para construir la hermosa familia que tengo", expresó.Ben tiene una hija, Charlene, que conservó la historia de su padre en un documental de 28 minutos llamado "Near Normal Man" ("Casi un hombre normal"), como él mismo se llama.Charlene mostró la película a los padres de Heitfeld cuando viajaron desde Alemania a visitarla. Después de verla, el padre de Heitfeld, cuyos padres eran nazis, le preguntó si podía darle una copia para mostrada en Alemania. Y le ofreció viajar juntos por el país: la hija de un sobreviviente judío del Holocausto y el hijo de un soldado nazi."Siento que es importante que sobreviví para contarle al mundo, para decirle a la próxima generación lo que debe buscar para tener una vida mejor, segura y libre", afirmó Ben. "Es importante que aprendan a convivir con otras personas, con otras naciones, religiones. Somos diferentes, pero somos todos humanos y hay espacio para todos y cada uno de nosotros en este mundo. Armonía en lugar de odio, racismo… Todos nacemos, todos vamos a irnos. Mientras estamos aquí, debemos tratar de mejorar el mundo".Y es lo que hizo Ben al darle un lugar a Lea en su propia casa. A pesar de la diferencia de edad y de pasado, ambos descubrieron que tienen mucho para compartir.Heitfeld brinda compañía a Stern, porque su esposa de más de 70 años ahora reside en un hogar de ancianos a causa de una demencia.Ambos cenan juntos casi todos los días, y la joven dice: "este acto de abrirme su hogar, no sé cómo describirlo, cómo perdonar o cuán grande debe ser su corazón para hacer esto. Y lo que me enseña estar en presencia de alguien que ha pasado por eso y es capaz de tenerme allí y amarme, que fue capaz de abrir la puerta a alguien que le recuerda todo su dolor".Y Ben dijo en una entrevista a medios internacionales: "Es un acto de justicia. Era lo correcto, estoy haciendo lo contrario de lo que me hicieron".“Siento que es importante que sobreviví para contarle al mundo, para decirle a la próxima generación lo que debe buscar para tener una vida mejor, segura y libre”, dijo. “Es importante que aprendan a convivir con otras personas, con otras naciones, religiones. Somos diferentes, pero somos todos humanos y hay espacio para todos y cada uno de nosotros en este mundo. Armonía en lugar de odio, racismo… Todos nacemos, todos vamos a irnos. Mientras estamos aquí, debemos tratar de mejorar el mundo”.Fuentes: <a href="http://www.girabsas.com/">http://www.girabsas.com</a>, <a href="http://www.tiempodesanjuan.com/">http://www.tiempodesanjuan.com</a> y <a href="http://visavis.com.ar/">http://visavis.com.ar</a>
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