Después de que en el primer año del gobierno macrista una devaluación redujera prácticamente a la mitad la capacidad de compra de los ingresos populares, la puesta en vigencia de un programa que pretendía sincerar los intereses ocultos en los planes de ventas en cuotas fue recibida con lógico escepticismo. Muchos entendieron que la decisión de transparentar los intereses ocultos en las compras a plazos ocultaba, a su vez, una avanzada contra los populares programas “Ahora 12” y “Ahora 18”, y promovería en los hechos un encarecimiento del crédito. Dicho y hecho, ayer un estudio privado reveló que en los dos primeros meses del año, y de vigencia de Precios Transparentes, las ventas de Ahora 12 y Ahora 18, que habían sostenido el consumo con un financiamiento razonable a los consumidores de menores recursos, retrocedieron un severo 35, 7 %; caída que no compensó la ínfima mejora en los precios al contado. El trabajo, que se llevó a cabo desde el 2 de enero hasta el 28 de febrero en comercios de las ciudades más importantes del país, detectó que “durante los primeros dos meses del año se produjo un marcado descenso en el uso de Ahora 12 y Ahora 18, repercutiendo negativamente en los niveles de consumo”. Las operaciones a través de los dos programas cayeron un 29,6 % respecto a noviembre y diciembre de 2016, pero en la comparación bimestral la caída llegó a 35,7 %. Resulta sugestivo ver que el sinceramiento impuso de hecho mayores intereses, y por primera vez desde su creación, los programas diseñados para incentivar la compra de productos nacionales en cuotas y sostener la actividad sufrieron una caída bimestral;?reforzando la caída del consumo.
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