Todo cambio en la vida nos trae un cúmulo de incertidumbres y miedos. Las propias costumbres, tradiciones y formas de hacer las cosas que conservamos sin demasiada reflexión, nos mantienen esclavos de las mismas. A menudo creamos necesidades que no son reales y vivimos pendientes de tantos detalles que no son esenciales en la vida. El comienzo de un nuevo año es una oportunidad diferente para renovarnos como personas y como familias. Y este tiempo de vacaciones es un momento propicio para replantearnos tantas costumbres y rutinas que venimos cumpliendo en la vida. Porque en el fondo seguir acatando hábitos nos cansa y quita el verdadero sabor de la vida. Hace poco, leyendo algunas reflexiones, decía que a menudo nuestra vida parece como la de aquellos que viven en los edificios en medio de la ciudad. Aunque al principio pareciera que tienen una linda vista, con el tiempo se dan cuenta que terminan mirando solamente lo que se les presenta desde las ventanas hacia el exterior. Se conforman con la misma vista, el mismo paisaje y en poco tiempo dejan de ver tantas novedades que Dios va irrumpiendo en su entorno.Otras tantas veces nos encerramos en nuestros departamentos y estructuras que nos olvidamos de ver el mundo exterior. Cada vez más vamos cerrando las ventanas, las cortinas, etc. Tanto es así que nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sean las ventanas de alrededor. Y porque no tiene vista hacia afuera; y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Y porque no abrimos del todo las cortinas, luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.Es así que vivimos la vida mecánicamente, simplemente practicando las costumbres de todos los días, por lo que la vida vuelve a ser monótona y perdemos tantas novedades que ella nos trae. Dejamos de percibir un montón de sucesos que la naturaleza nos regala. Es que vivimos tan ocupados que nos olvidamos de gozar de la serenidad, de un hermoso amanecer, de la paz de una noche tranquila, un mesa compartida con seres queridos que nos significan mucho. Vivimos en un estado de ansiedad permanente con la sensación de que algo siempre nos falta.Este tiempo de vacaciones es una oportunidad para renovarnos como personas, dejando de lado tantas cosas que hacemos mecánicamente, deshacernos de tantas costumbres vacías de sentido, resignificando tantas otras que son esenciales para la vida. Es un momento privilegiado para colocar nuevas prioridades en la vida y vivirlas conscientemente.Que este nuevo año que se ha iniciado sea una gran oportunidad para plantearnos buenos propósitos en la vida… y una actitud positiva y valiente para el cumplimiento de los mismos. Que los buenos hábitos nos lleven a una mayor alegría y una enorme realización personal. Como nos recuerda el libro The Secret: “Eres un producto directo de lo que piensas. Cambia tu mente y cambiará tu mundo”, nos ayude a tener una mirada positiva de la vida para lograr grandes cambios en ella. Nos acostumbramos tanto a ahorrar vida que de a poco igual se agota y una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir. Por eso te invito a abandonar la rutina y asumir el desafío de renovarte constantemente.
Discussion about this post