Un espacio con más de 13 mil libros, donde se brindan talleres de lecturas, teatro y títeres para niños, donde además entregan materiales bibliográficos a escuelas de la provincia y centros terapéuticos para chicos con problemas motrices. Con un nombre emblemático.La Biblioteca Popular 2 de Abril se encuentra en el barrio homónimo de la capital provincial y cuenta con una pequeña cantidad de socios quienes abonan una cuota anual de 100 pesos (que significaría un aporte de 8 pesos mensuales), que apenas cubrirían los gastos diarios. Por este motivo, sus miembros realizan semanalmente venta de pollos, pastelitos y empanadas para abonar una parte del alquiler y el sueldo de sus dos bibliotecarias (una a la mañana y otra de tarde con un haber de 2.500 pesos cada una). Incluso, los vecinos recolectaron prendas de vestir para armar una “feria americana”. Pero los fondos son insuficientes para cubrir los gastos de un servicio importante que presta la biblioteca para el barrio. Cabe destacar que la entidad cuenta con dos filiales (una en Oberá y otra en Campo Viera) aunque no están inauguradas oficialmente por falta de fondos. Sin embargo ya cuentan con 9 mil y 5 mil libros respectivamente para los niños que residen en barrios humildes. “Cuando se inauguró la biblioteca, a través del programa Gurises Felices, donamos libros a distintas escuelas de Posadas, Campo Viera, Campo Grande, Itacaruaré, Campo Ramón y El Soberbio, en esa oportunidad se entregó un libro por cada alumno” contó a PRIMERA EDICIÓN Norberto Rivas, presidente de la Comisión directiva. A pesar de haber sido declarada de interés municipal y provincial, no recibió ningún tipo de ayuda. “Hubo un compromiso, que no sé qué habrá pasado, pero la ayuda no llegó. Nosotros nos manejamos a pulmón, pero somos vecinos que ponemos plata de nuestros bolsillos. Esta biblioteca tiene 400 libros prestados y es mucho para un barrio tan chico, acá siempre se motivaron las actividades con payasos, que eran representados por vecinos y teníamos títeres para hacer que los chicos se acerquen”, dijo Rivas. Un rincón con historia El lugar cuenta con un sector donde el visitante puede descubrir parte de la historia a través de una colección de libros que datan de 1917. Allí, se puede leer un ejemplar del Martín Fierro con tapa de cuero o poder escuchar cursos de inglés en discos de vinilo, entres otros curiosos objetos. “Tenemos libros que cuentan la historia de la ciudad en fotos, además, el Tribunal de Cuentas donó a la biblioteca la primera prensa de Posadas y el primer mimeógrafo” señaló Rivas. Proyectos innovadoresEn el transcurso del año pasado, las actividades de la biblioteca no se resumieron solamente a la lectura y la ayuda escolar, sino que se buscó realizar distintos proyectos que incluyan las personas de la tercera edad y su integración con los jóvenes. “Previo a ésta situación económica, se había generado un proyecto de pasantes mayores que consistió en convocar a jubilados y personas mayores de 60 años para realizar pasantías y así ayudar en la biblioteca durante dos horas para acomodar los libros, atender al socio y los chicos. Es como darle nuevamente una actividad a éstas personas que muchas veces están excluidas. Cuando realizamos la convocatoria se habían inscripto 37 personas, y muchas querían venir a trabajar gratis, pero siempre nos encontramos con la limitación económica, porque teníamos que brindarles por lo menos los pasajes de colectivos, que hoy no tenemos”, se lamentó el representante. Luego, se agregó el proyecto para que se realicen talleres de ajedrez o grupos de coros barriales. Además, se deslizó la idea de formar grupos de lectura de niños y llevarlos a visitar los refugios de animales. “Es otro proyecto integrador donde el chico interactúa con el animal y éste se tranquiliza al escuchar al chico leyendo y ese chico, cuando crece, tiene otra visión de los animales y tienden a cuidarlos, no dejarlos en la calle y mantenerlos” concluyó.Un compromisoLa Escuela 622 Batalla de Tucumán, se encuentra a pocos metros de la biblioteca. Por ésta razón, más de 15 alumnos se acercaban todas las tardes para estudiar y realizar las tareas escolares. Esto motivó a los miembros de la biblioteca a solicitar al Consejo de Educación la incorporación de dos docentes para que realicen trabajos de apoyo escolar. “Es un espacio chico donde no tenemos agua ni baños, cuando los chicos se acercan a realizar sus tareas, mínimamente tratamos de ofrecerles un jugo y sacamos sillas a la vereda para que puedan realizar la tarea”. En busca de solucionesPor otra parte, los miembros de la biblioteca se reunirán la semana que viene y definirán la situación del espacio de lectura del barrio 2 de Abril. Por el momento se pensó enviar solicitudes a distintos supermercados o empresas privadas para la donación de elementos que permitan vender y recaudar fondos para pagar el alquiler del inmueble y los sueldos para seguir funcionando. “A veces tenés empuje, ganas y gestión, pero al ser limitado el espacio y la parte económica te vas quedando, pero creo que la sociedad y los políticos van a reaccionar porque se necesitan solamente 6 a 7 mil pesos mensuales, no pedimos la plata sino conseguir los elementos y nosotros lo hacemos. Si llegamos a contar con los fondos volveríamos el 15 sino, todo esto incluso las filiales Oberá y Campo Viera y los proyectos, van a caer. Pensamos que otra biblioteca pueda tomar esa bandera y que sea un espacio como es acá, que los chicos quieran acercarse tan solo a leer un libro”, concluyó Rivas. Secretos guardadosEntre materiales de lectura, videos y elementos didácticos se encontraba una carpeta donde los bibliotecarios almacenaron distintos recuerdos que quedaron guardados en los libros que fueron donados, y que seguramente, sus dueños ignoraban que aquellas piezas estaban allí. Entre los objetos se encontraron distintos tipos de señaladores, fotografías sin nombres, poemas, cartas de amor, boletos, hasta hojas de plantas de principios del siglo pasado. Fotos: J.C. Marchak
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