Señora Directora: En el marco de la presentación de datos sobre concentración económica en el Foro de Davos, la organización no gubernamental (ONG) española Oxfam presentó cifras sobre la desigualdad en el acceso a la tierra y la distribución de riqueza en el mundo. Los datos revelan que el 1% más rico de la población concentra en sus manos más riqueza que el resto del planeta. “Ocho hombres poseen la misma riqueza que otros 3.600 millones de personas”. En América Latina la desigualdad aumentó en 2015 como no se había visto desde los años 80: siete millones de personas cayeron en la pobreza y cinco millones pasaron a la indigencia. Además, unas 32 personas acumulan la misma riqueza que los 300 millones de personas más pobres. Esta desigualdad económica está íntimamente relacionada con la posesión de la tierra, pues los activos no financieros representan un 64% de la riqueza total. El director de Oxfam para América Latina y el Caribe, Simon Ticehurst, reconoció que las cifras son “alarmantes” y estimó que “solo llevarán a una agudización de la violencia y a retrocesos democráticos”, porque esta situación “no ofrece un camino para el desarrollo sostenible, ni para los países, ni para las poblaciones”. La entidad responsabiliza a las dirigencias políticas por la creciente concentración en pocas manos, incluso, las extranjeras. “Las élites se han hecho con el control de las instituciones democráticas para asegurar que las políticas y el marco normativo les favorezcan; existen muchas formas de captura política, desde la financiación de los partidos hasta el tráfico de influencias, pasando por el lobby, las puertas giratorias o el control de los medios de comunicación. La participación en los desalojos de agentes de seguridad privada y grupos criminales junto a fuerzas policiales y militares, o la instrumentalización del aparato de Justicia para deslegitimar la protesta social”, alertaron.Aunque admitieron que en algunos casos la represión proviene de las empresas y los latifundistas, quienes lideran los ataques, con la complicidad de los gobiernos. Por este motivo, desde Oxfam aclaran que “es necesario garantizar el acceso a la justicia a través de la independencia e imparcialidad de los operadores de Justicia, la investigación, sanción y reparación adecuada de las violaciones de derechos humanos cometidas en contextos de inversiones en tierras y actividades de extracción y explotación de los recursos naturales”.
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