El pibe tiene 15, dentro de unas horas será su cumpleaños y sale en busca de plata para festejarlo. Pero no va a buscar alguna changa, sale para robarte en la calle. Va armado, con un puñal, con un revólver, te resistís y te mata. Tus cercanos te lloran. La indignación sacude a la sociedad, quieren que alguien pague por lo que ese chico hizo, porque no va ir preso. “¡Encierren a los padres!”, “¡Métanlo en un reformatorio!”, “¡La culpa es de los políticos, que se hagan cargo!”. Cuando baja la espuma el pibe sale en libertad bajo custodia de sus progenitores, porque cuando mató aún no tenía 16 años, la ley lo ampara. Vuelve a su casa, su vida ya no será la misma. Parte de su alma se fue con la de quien asesinó, pero él sigue vivo, tiene chances, se quedó con las que le arrebató a su víctima. Todos dicen tener una solución, pero nadie ha podido frenar la delincuencia infanto juvenil que creció a la par de la desintegración de la familia, de la crisis económica latente desde hace décadas y al ritmo de la desigualdad social y el ingreso y consumo de drogas en Argentina. Hace sólo cuestión de días, en el barrio porteño de Flores, Brian Anguinaco, un chico de 14 años, murió a causa de un balazo en la cabeza disparado por otro de 15. Con un cómplice escapaban luego de un robo al estilo motochorro. Los vecinos hicieron una marcha hacia la comisaría, se colaron barrabravas, mano de obra al servicio de la política y reventaron la sede policial. Dos días después el asesino fue detenido en Chile. Su madre lo ayudó a embarcarse y su padre fue a esperarlo. La crónica policial cuenta que un juez argentino dictó la orden de detención, pero por tratarse de un menor, ésta no tenía carácter internacional. El Ministerio de Seguridad alertó a sus pares chilenos y estos hallaron la forma de actuar en el caso. Informados acerca de que el padre tuvo una condena por narcotráfico en Argentina, expulsaron a ambos del país. En el cruce Cristo redentor, aprehendieron al menor. Sólo pocos días después fue deportado a Perú, su lugar de nacimiento y todo indica que su madre también deberá irse. La Justicia argentina se enteró que Adriana González Cuadrado violó la prisión domiciliaria que tenía por narcotráfico. La van a echar, seguramente habrá un pasaje en Aerolíneas Argentinas para reencontrarse con su hijo homicida “El Brian” y probablemente continuar con el modus operandi y la vida delictiva que junto a su esposo, ella eligió y se la transmitieron a su hijo. Pareciera que este caso fue el disparador, porque diez días después, el ministro de Justicia Germán Garavano anunció en una entrevista con un matutino porteño que el Gobierno nacional impulsará una reforma del Régimen Penal Juvenil, en el marco del programa Justicia 2020 de Cambiemos.“El año pasado hicimos debates con cientos de participantes y eventos públicos, trabajos con Unicef. Hicimos lo que se denomina recolección de materiales y opiniones de expertos. Terminada esta etapa, empezamos con la generación de una comisión para que trabaje en la reforma de la ley penal juvenil, que es de la dictadura militar y es un régimen básicamente paternalista. Fue en el final del Gobierno de Videla que se sancionó la ley y esta fue desarticulada, fue declarada inconstitucional en partes y hoy los jueces no tienen herramientas para hacer el abordaje de los jóvenes”, explicó el funcionario. Y agregó: “Necesitamos cambiarlo por un régimen de derechos y obligaciones. Dentro de ese debate, uno de los temas tiene que ver con la edad de la imputabilidad, pero el trabajo está orientado al abordaje de los jóvenes y su tratamiento”.“Más allá de si debe bajarse la edad de imputabilidad a 15 o a 14 años, lo que pretendemos es hacer una discusión de todo el régimen penal juvenil para darle un mecanismo novedoso el cual es por ejemplo en el caso de delitos graves que el fiscal pueda probar que el joven estaba en conocimiento de la gravedad del hecho antes de cometerlo y dar así una pena acorde con el crimen cometido”, afirmó el funcionario.“El sistema de Justicia no hizo nada porque el 80% de quienes hoy están en cárceles han pasado por institutos de menores” que no han logrado ayudarlos a salir de esa lógica del delito. Sabido es que esos institutos sólo sirven para ahondar la especialización en el crimen de los jóvenes por lo cual el Gobierno nacional busca, ante un crimen cometido por un menor, “ que la ley plantee dar una contención, que se evalúe cuál debe ser el tratamiento ya sea educativo, laboral o de su entorno familiar, para que ese chico no termine en esos centros y que quienes deban ser internados allí sean solamente en casos ‘excepcionalísimos’”, explicó Garavano.La idea es hacer una planificación de política pública donde la ley plantee un plan de seguimiento a ese joven para darle opciones que no sean seguir en el delito. Actualmente un menor de 16 años es inimputable ante la ley y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich reclamó bajarlo a los 14 años. Al respecto Garavano explicó: “Se va a discutir en el marco de la comisión. Hay actores, como Unicef, que se oponen. Tenemos información empírica detallada de la relación de los jóvenes de 14 y 15 años con el delito”. El caso Brian cambia la agendaEl Gobierno pretende abrir la discusión este año, pero que el Congreso trate el tema recién en 2018. “Nosotros estimamos que la comisión de expertos va a estar trabajando en una ley entre seis meses y un año. La idea es enviarla al Congreso después de las elecciones para sacar de la lógica política electoral a un tema tan delicado como éste”, aseveró el ministro de Justicia. Lo que pretende es impulsar una reforma al Código Penal el que según sus palabras es un “adefesio” al que se le han hecho más de 900 reformas en cien años. “Queremos incluir en el debate la opinión empírica de jueces y fiscales y que no incluya solamente la opinión de expertos y políticos”. El ministro explicó que cuando presentaron el Plan de Justicia 2020, el trabajo del año pasado se centraba en lo procesal para poder entrar en este 2017 en el aspecto sustancial. “La idea era que el cierre de las discusiones se efectuara el año próximo pero las tapas de diarios y algunas declaraciones hicieron que esto entre de lleno en la discusión electoral” de cara a las legislativas de octubre. Desde el foro local, el camarista penal José López, en una entrevista con Radio República, opinó respecto a si se debe bajar la edad de imputabilidad y afirmó: “En vez de preocuparnos por bajar la edad, sería bueno buscar un régimen de asistencia integral del menor, hacerle un seguimiento para lograr una recuperación, porque de otro modo sería solamente someterlo a un régi
men carcelario”. En base a su experiencia comentó que “los mismos chicos” que conoció a los doce o trece años cometiendo delitos menores en el centro de Posadas, los volvió a ver como juez de instrucción por delitos mayores, sin que el Estado o la familia hayan hecho nada para evitar que progresen en el crimen”.La opinión de la IglesiaLa Conferencia Episcopal Argentina pidió no convertir a los jóvenes infractores a la ley penal en “enemigos sociales”. Subrayaron que “un importante porcentaje de adolescentes infractores a la ley penal son pobres” y que “cuentan con fuerte déficit en la escolarización, y que provienen de familias desintegradas, y de baja calificación laboral”.Por eso pidieron no “mirar solamente la ‘fotografía’ del hecho” sino focalizarse en “la ’’película de su vida’ para atrás”. Según entienden, así podrá advertirse “la vulneración de los estándares mínimos de derechos sociales e intrafamiliares vulnerados, que también habrá que considerar y hacer cumplir”.Margarita StolbizerLa diputada nacional y líder del GEN, Margarita Stolbizer, se mostró contraria a bajar la edad de imputabilidad de los menores a 14 años, como analiza el Gobierno, y señaló que “hubiera querido escuchar al Presidente proponiendo un cambio en la educación para que los menores tengan un mejor futuro”.La legisladora señaló que “el promedio de edad de abandono de la escuela es a los 14 años, entonces lo que nos debe preocupar es qué hacer para que un chico de esa edad no abandone la escuela”.“La baja de imputabilidad para que un pibe de 14 años vaya preso también es una medida populista y demagógica”.Elisa Carrió La diputada nacional de la Coalición Cívica Elisa Carrió sostuvo que “el Régimen Penal Juvenil es la propuesta de la Coalición Cívica desde hace más de diez años” y puso de relieve que la iniciativa “está enmarcada en la Declaración de los Derechos del Niño”. “No tener una ley de este tipo es hacer de los adolescentes mano de obra de las organizaciones criminales”, manifestó la líder de la Coalición Cívica-ARI mediante un comunicado.El régimen propuesto por el espacio de Carrió establece como sanciones una serie de medidas tales como la prestación de servicios a la comunidad, reparación del daño, órdenes de orientación y supervisión, libertad asistida, privación de la libertad durante el fin de semana o en tiempo libre y privación de libertad domiciliaria.“En el Código de Cristina Kirchner, que acompañó Mauricio Macri, se excluían a menores de 18 años. Las contradicciones confirman teorema Baglini. Macri debería dejar de buscar títulos en los diarios y tratar el Código presentado por el Frente Renovador”.Daniel ScioliEl exgobernador bonaerense y excandidato presidencial se mostró a favor de la propuesta del Gobierno al recordar que desde 2008 reclama “abrir una discusión para consensuar una nueva ley penal juvenil” y bajar la edad de imputabilidad de menores en delitos graves.Patricia BullrichLa ministra de Seguridad de la nación opinó: “Se va a discutir en el marco de la comisión. Hay actores, como Unicef, que se oponen. Tenemos información empírica detallada de la relación de los jóvenes de 14 y 15 años con el delito”.Mario NegriEl diputado nacional de la UCR y presidente del interbloque Cambiemos consideró que “hay que abordar el tema desde un Instituto Penal Juvenil. Pero si el Gobierno eligió el camino de la consulta, no de la mediatización de un tema que tiene que ver con el dolor, creo que va por el camino correcto. Es impensado imaginar que vamos a ir a la atropellada a modificar el Código Penal”. Colaboración:Lic. Hernán Centurión
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