Unas 45 familias viven hace dos años sin los servicios básicos en un asentamiento ubicado entre los barrios Municipal y Rural de Puerto Rico. Hace unos días, estos vecinos realizaron una marcha de silencio por la avenida San Martín para exigirle al intendente Federico Neis una respuesta a sus reclamos.Si bien la Cooperativa Aguas Puras les puso una toma de agua de donde se sirven todos y entre todos pagan esa boleta, lo que reclaman es la apertura de los caminos y la energía eléctrica. A finales de noviembre del año 2014 estas familias se empezaron a instalar en este terreno propiedad en parte de la Municipalidad y en parte del Instituto Provincial del Desarrollo Habitacional (Iprodha). Según confirmaron las familias a PRIMERA EDICIÓN, desde el organismo provincial les aseguran que el municipio está autorizado a realizar la apertura de las calles. En tanto desde la comuna se desentienden de la situación y no les ofrecen una solución a estas familias que están padeciendo un verdadero infierno con las altas temperaturas del verano. Rosana Ocampo, una de las residentes del barrio indicó que “fuimos a hablar muchísimas veces ya con el intendente Federico Neis, pero se tiran la pelota uno a otro, en Iprodha nos dicen que el intendente tiene que abrir las calles y poner la luz, que ya está todo gestionado, entonces vamos a hablar en la Municipalidad y el intendente nos dice que esta semana, que la otra semana, que el mes que viene, y así nos tiene y la verdad que ya estamos re cansados de las mentiras. Ahora hace rato que ya no vamos porque ya no queremos escuchar el mismo verso”, contó. Además, las familias aseguran que el mismo jefe comunal les confirmó que recibió desde el Gobierno provincial un subsidio para ayudarlos, por eso no entienden que luego de tanto tiempo aún no tengan los servicios que vienen reclamando. En el lugar viven familias con muchos niños, hay personas discapacitadas y ancianos que padecen la falta de energía, de caminos y también la sordera del municipio, que hace oídos sordos a sus pedidos.Según aseguraron a este medio las familias, desde el organismo habitacional provincial ya les aclararon que no van a construir viviendas, pero que entregaron el terreno a la Municipalidad para que se ocupe de llevar adelante las obras necesarias. Sin poder contener las lágrimas y compungida por la agobiante situación, Rosana contó que ya no aguantan la situación difícil por la que están pasando: “No podemos conservar un yogur, a la noche los mosquitos no nos dejan dormir, el otro día tuve que romper la alcancía de mi hija para poder sacar unas monedas para comprar hielo para que no se me descomponga la comida; esa es nuestra situación, es muy dolorosa, ya no queremos seguir así”, se sinceró. Finalmente, las familias aclararon que ellos no piden nada gratis: “Nosotros no pedimos regalado, vamos a pagar, nadie quiere de arriba las cosas, nosotros sabemos la situación en la que estamos y que entramos acá en un terreno público, pero qué vamos a hacer si no tenemos dónde ir, le pedimos al intendente que nos ayude, que no nos mienta más, que nos diga la verdad para que podamos tener nuestras casitas y criar a nuestros hijos”, finalizaron.Fotos: Gentileza Sergio López
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