Con la intención de remediar un viejo reclamo de la comunidad trans, el programa de Salud Sexual y Reproductiva, dependiente del Ministerio de Salud Pública, abrió durante 2016 dos consultorios de atención integral a pacientes transexuales, en lo que es un significativo avance ya que el acceso a la salud siempre fue uno de los principales problemas para este grupo de personas. Uno de ellos abrió sus puertas en el Hospital de Fátima, mientras el segundo lo hizo en Aristóbulo del Valle. Tras el trabajo en 2016, los números preliminares indican que se atendieron alrededor de 12 personas.“Tuvieron una respuesta importante, los pacientes se van acercando, al de Fátima principalmente”, indicó la responsable del programa, Norma Miño, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Señaló que para brindar mayor atención, establecieron acciones con la Asociación De la calle a la dignidad -trabaja con personas trans en el barrio Ñú Porá de Posadas-, “que fue muy fuerte porque realmente las chicas trans se sienten muy identificadas con esa asociación y es la que las nuclea, por lo que cumplió una función muy importante porque también las derivaba a los centros de atención”.Como en la mayoría de los casos estas personas estaban fuera del sistema, en las consultas se hizo un abordaje integral. “En principio se empezó con control clínico, porque estas pacientes estaban totalmente fuera del sistema, control completo ginecológico, prevención de enfermedades de transmisión sexual y no transmisibles y todo lo que es el tratamiento de hormonización. Estas eran personas que no accedían al sistema y sobre las cuales no teníamos ningún tipo de registro”, destacó Miño.El procesoPara la apertura de estos centros fue necesario, antes que nada, brindar capacitación a todo el personal que trabajaría allí. “En primer lugar, tuvimos una capacitación general, luego una en servicio en el Hospital de Fátima, donde pudimos articular con los actores esenciales como el endocrinólogo, el psicólogo, el trabajador social, porque siempre tratamos que el abordaje y la atención sean integrales”, señaló Miño. Una vez que lograron la apertura del consultorio en el Hospital de Aristóbulo del Valle, la médica encargada se trasladó hasta el Hospital de Oberá, donde brindó una capacitación para que, desde allí, puedan empezar a derivar pacientes a Aristóbulo. “Para este año tenemos planificado abrirlo en Eldorado como para tener focos en las seis zonas sanitarias, entonces las redes de derivación son mucho más fáciles y más accesible para los pacientes”, indicó Miño. Tras la apertura de los consultorios “tuvimos muy buena respuesta”, también “en cuanto a red de efectores y de derivaciones”. Miño señaló que la primera intención fue que “se acerquen al servicio. En el caso de Fátima hubo consulta de ocho adultos más un joven por hormonización. En Aristóbulo, se atendieron un adolescente y dos adultos, para tratamientos hormonales y consulta clínica. Es decir que estas personas accedieron a todos los servicios: ecografía, laboratorio, estudios complementarios. Doce personas en un año es mucho, porque antes no había nada y en este momento, ya saben donde recurrir”.Además, el sistema es accesible porque “se atiende a quien venga tenga o no tenga documento, tenga o no el cambio de género en su DNI. Pero para llegar a eso, hay que trabajar con todo el sistema primero porque no es fácil. En un primer momento, en admisión de los hospitales no sabían qué nombre anotar, entonces es un consultorio que está pensado exclusivamente para las personas trans. Además, representa un cambio dentro de la admisión y todo el circuito, como la farmacia y la atención, todo tiene que estar vinculado y tienen que conocer la Ley de identidad de género, que es en donde se establece la responsabilidad que tiene el equipo de salud para abordar la temática”.También asisten adolescentesTodas las personas que llegan se guían por el boca a boca y, desde el programa vieron como muy positivo la asistencia de adolescentes. “En Aristóbulo vimos que se están acercando adolescentes, algo muy bueno. Porque en Posadas estas personas pudieron acceder pero a partir de los 30 años, sin embargo en el otro efector ya están accediendo adolescentes de 17, 18, 19 años ya con cambio de género, no todavía reasignación. Este es un buen signo porque acceden al sistema mucho más tempranamente, ya crecen en otro ámbito, diferentes a otras chicas”, indicó Miño.La responsable del programa señaló que es probable que el cambio no se vea en la cantidad, “pero sí en cuanto a la calidad y a la posibilidad de acceso” de este grupo, que hasta el momento estaba relegado en cuanto atención médica y de salud se refiere.En caso de que se detecten enfermedades, todos los tratamientos se siguen en los mismos consultorios, donde hay profesionales encargados y capacitados exclusivamente para la atención. “Es más, son ellos los que hacen la captación, la atención y el seguimiento de los pacientes”.Para cerrar, Miño indicó que las enfermedades que se detectan son las más comunes y principalmente de transmisión sexual, como la sífilis y la gonorrea. “Son las más comunes pero como ellos no accedían al sistema para una atención clínica o un laboratorio, estas enfermedades se fueron agravando y complicando, por lo que cada vez el deterioro fue mayor. Pero estas son las enfermedades más comunes que atraviesan”.
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