Por su parte, el presidente Enrique Peña Nieto acusó a su antecesor, el conservador Felipe Calderón, de ser el responsable de las alzas que desataron el "Gasolinazo" por haber aplicado subsidios manteniendo los valores "artificialmente bajos" durante su mandato (2006-2012). El aumento de 20% del precio de la gasolina entró en vigor el 1 de enero y ha causado gran malestar en la población, que ha salido a las calles a protestar en casi todo el país. Los bloqueos a rutas y peajes continúan, así como a las distribuidoras de combustibles, mientras se anuncian nuevas protestas para el fin de semana.Legisladores de la oposición, gobernadores, alcaldes y la propia Iglesia llamaron hoy al gobierno a reconsiderar los aumentos o tomar medidas para amortiguar el golpe generado al poder adquisitivo de la población.La izquierda se pronunció por anular los aumentos, en tanto la derecha sugirió reducir los impuestos a los carburantes, el gasto público y la deuda.La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) señaló, por su parte, que "no es correcto imponer leyes sin tomar en cuenta la realidad y el sentir que vive la gente".Sin embargo, el secretario (ministro) de Hacienda, José Antonio Meada, tildó a la medida de "responsable, difícil, que nos hubiera gustado no tener que tomar", pero descartó cualquier marcha atrás o modificación.El presidente Peña Nieto, por su parte, acusó sorpresivamente al expresidente Calderón, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), de haber derrochado unos 50.000 millones de dólares al tipo de cambio actual para "subsidiar el consumo de gasolina".El mandatario mexicano dijo que esos fondos "se perdieron porque literalmente fue dinero que se quemó regalando gasolina, en lugar de invertir en cosas más productivas como sistemas de transporte público, escuelas, universidades y hospitales".La acusación, según la agencia ANSA, parece estar dirigida a dañar la reputación del PAN, que ha sido fuertemente crítico del llamado "Gasolinazo", pero en especial de la esposa de Calderón, la ex conductora televisiva Margarita Zabala, que figura en los dos primeros lugares en algunas encuestas con vistas a las presidenciales del 2018.El jefe de Estado reconoció que "hay mucha molestia y enojo" por los aumentos pero afirmó que se trata de "una decisión difícil que tomó para garantizar la estabilidad económica".Empero, el mensaje de Peña Nieto por cadena de televisión no atenuó el descontento ni redujo los saqueos que ya causaron más de 900 detenidos, la mayoría en el Estado de México, en los alrededores de la capital, en Veracruz (costas del Golfo de México), Chiapas y Tabasco (sureste), incluyendo a cuatro policías.En tanto, la represión policial en Ixmiquilpan, en el Estado de Hidalgo, causó dos muertos y hubo otro en Veracruz, atropellado durante un saqueo, según el diario La Jornada.Otros medios locales hablan de otros dos fallecidos, presuntos saqueadores. En la Ciudad de México murió un policía al tratar de impedir el asalto a una gasolinera, pero hasta el momento las autoridades no han confirmado que el asalto haya sido parte de los disturbios ocasionados por manifestantes, según la agencia DPA.El gremio de los transportistas de carga bloqueó rutas en más de la mitad del país y advirtió que suspenderá su servicio si no se le otorgan subsidios, mientras el gobierno amenazó con quitarles la concesión a los participantes en las protestas.Una gran protesta a escala nacional fue convocada para el sábado a través de mensajes de Whatsapp con dos consignas muy claras: frenar el alza en los precios de la gasolina y exigir la renuncia de Peña Nieto que, ante el enojo general, se ha dedicado a defender el ajuste. Tanto la Secretaría de Hacienda como el presidente negaron que el aumento de las naftas y el gasoil dependa del gobierno y afirmaron que es una consecuencia de lo que sucede en los mercados energéticos internacionales. "El ajuste en el precio de la gasolina no es resultado ni de la reforma energética, ni de la reforma hacendaria, ni se debe tampoco a un incremento en los impuestos", dijo el mandatario tras solidarizarse con el malestar que ha convulsionado el país. Pese a ello, señaló que la medida, enmarcada en un proceso de liberación y flexibilización del mercado y comprendida en la reforma energética que lanzó su administración, era necesaria y lo más "responsable" para los intereses del país. La indignación es mayor entre la población porque una de las promesas de Peña Nieto fue que la reforma, aprobada en diciembre de 2013, bajaría los precios de los combustibles, recordó la agencia DPA. La reforma fue una de las banderas enarboladas por Peña Nieto para abrir los mercados de hidrocarburos y electricidad a la inversión privada tras casi ocho décadas de nacionalización petrolera, y acabó con el monopolio de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que ahora puede suscribir contratos con particulares.Fuente: Agencia de Noticias Télam
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