¿Es posible criar hijos responsables? La respuesta es sí. Pero como padres necesitamos comprender la diferencia entre “cuidado” y “control”, que, aunque parezcan lo mismo, no lo son. El padre que cuida está encima de su hijo con el único fin de ayudarlo a convertirse en un ser humano independiente. La independencia implica el conocimiento de que uno tiene poder y no necesita depender de otros. Para alcanzar este punto, hay que abandonar el miedo y atreverse a correr riesgos. Cuando los hijos son menores, los padres tienen que cuidarlos para enseñarles a realizar actividades como lavarse los dientes, bañarse, vestirse, etc. Con el tiempo, solo les recordarán lo que tienen que hacer y finalmente desaparecerán de la escena, confiando en que ellos lo harán y lo harán bien, pues habrán adquirido responsabilidad. Por otro lado, el padre que controla está encima de su hijo pero no busca que aprenda a ser independiente, sino por contrario que siga dependiendo. Algunos, ¡durante toda la vida! Entonces ese papá o esa mamá hace por su hijo lo que él debería hacer solo, independientemente de la edad que tenga. Tal actitud le brinda al controlador una sensación de omnipotencia y se pregunta: “¿Qué va a hacer sin mí?”.Supongamos que una criatura quiere subir sola a la cama. ¿Qué podrían hacer sus padres? Tres cosas:• Desanimarlo para que no lo haga, con la excusa de que se podría caer y golpear. Esto hará que el niño o la niña crezca con una voz interior que le dirá: “No podés, es peligroso”, toda vez que desee emprender algo. Se sentirá ansioso ante lo nuevo.• Levantarlo y ponerlo sobre la cama. Esta actitud le transmitirá el mensaje de que no debería esforzarse, pues mamá o papá lo hará por él o ella. Cuando sea grande, vivirá pidiendo todo porque pensará que no es capaz de hacer nada por sí mismo. • Animarlo para que lo haga por sí mismo. Si bien, los padres pueden ayudarlo, tomándolo de la mano, el esfuerzo lo realiza el niño. Esta persona crecerá con la idea sana de que puede atreverse a hacer porque tiene la fuerza necesaria, y también cuenta con ayuda, en caso de que la precise. La responsabilidad es el resultado del cuidado, nunca del control. Esto es así porque cuidar es enseñar y brindar las herramientas para convertirse en alguien autónomo, capaz y emocionalmente maduro. Con los hijos adolescentes, una de las consultas más habituales de la gente, los padres deberían también cuidar pero a la vez ir aflojando paulatinamente. En los tiempos que vivimos, es bueno supervisarlos en esta etapa tan especial de su vida, pero manejando con inteligencia el “tira y afloje” tan típico que se genera. Aquí no se busca generar dependencia, sino responsabilidad por sus propias decisiones y acciones. La capacidad de ser independiente es la mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos. Pues de esa manera, serán adultos responsables en todas las áreas de la vida, ya sea relaciones interpersonales, estudio, trabajo y, sobre todo, con respecto a ellos mismos. ColaboraBernardo StamateasLicenciado en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.
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